Una madridista para enderezar al Atlético

Ante los rumores que fantaseaban, allá por 2016, sobre la posibilidad de que el Real Madrid se hiciera por fin con un equipo femenino, el diario AS preguntó a bocajarro a la directora general del Atlético de Madrid, Lola Romero: «¿No le da miedo que el Real Madrid cree una sección femenina y le quite jugadoras?». «No, de momento no. Les llevamos 15 años de ventaja», respondía muy segura de sí misma Romero. Nada más lejos de la realidad, la ventaja, hoy en día, ha servido de poco.

Desde la primera temporada, 20202021, el Madrid ha estado por delante de las atléticas en la clasificación liguera, incluso llegando a apartarlas de Europa varias temporadas. Por si no fuera suficiente, ahora y con permiso de la seguridad aplastante de Lola Romero, va a llevarse también (como el primer día) a algunas de sus mejores jugadoras. Cierto es que en la única final en la que se han enfrentado los dos equipos madrileños, 2023 en Copa de la Reina, las atléticas se impusieron a las madridistas. Pero fue una de esas victorias con sensaciones encontradas: más que ganar las rojiblancas, el partido lo dejaron escapar las madridistas, que ganaban 2-0 en el minuto 87. En el 88, las atléticas metieron su primer tanto, empataron en el 96, y acabaron ganando a las blancas por penaltis. ¿Cómo dejar escapar un título así, siendo superiores durante toda la contienda?

La verdad es que el futuro no pinta demasiado bien para las atléticas. Este verano habrá desbandada. Algunas de sus mejores jugadoras, como Leicy Santos –brutal–, Sheila García y Eva Navarro, volarán. A ellas se suma la salida invernal de Van Dongen. Por si fuera poco, Shei y Eva Navarro tienen marcado el camino hacia el Real Madrid. La primera, podemos confirmar que seguro; la segunda, pinta que también. Y aquí llega la pregunta del millón: ¿deben hacérselo mirar las gestoras del Atlético o la jugadora? ¿Por qué Eva Navarro, a la que el club rojiblanco fichó lesionada, logró recuperar y es hoy campeona del mundo, abandona el club? Hasta en tres ocasiones el Real Madrid la rechazó, dos de ellas amparándose en su maldita lesión, de la que está recuperadísima.

Recientemente se anunció la incorporación de una nueva persona en el organigrama de las atléticas. Patricia González, una madrileña que asume el cargo de directora deportiva. Educada en el colegio San Agustín, desde donde soñaba algún día formar parte de su querido Real Madrid, desarrolló su carrera deportiva en el Rayo Vallecano. Patricia tuvo que abandonar la práctica del fútbol por una lesión y dirigió su trayectoria hacia los banquillos del equipo de Vallecas. Fue de las primeras en emigrar y fichó por la Federación de Azerbaiyán, donde su mayor logro fue llevar a futbolistas españolas a jugar como internacionales azeríes. Hoy en día, ignoramos cómo. Ese puesto le dio la posibilidad de vincularse con FIFA y de su mano, además de analista del organismo, ha desarrollado distintos proyectos de formación en todo el mundo.

Patri, como es conocida en el fútbol femenino, volvió a España en 2017 para ejercer como directora deportiva y seleccionadora sub-18 de la territorial de Madrid, un paso que podía haber sido importante, pero por donde pasó sin pena ni gloria. Los resultados, amén de otras cosas, no la acompañaron. Parece que primaron sus intereses personales por encima del fomento del fútbol femenino de Madrid. A final de temporada, como un puzle que vuelve a encajarse, volvió a trabajar en FIFA.

Mis fuentes me confirman que lleva trabajando para el Atlético de Madrid desde el pasado mes de octubre, aunque su fichaje se haya hecho oficial recientemente. Como primer paso, la semana pasada despidió al entrenador Manolo Cano. Y como segundo, se ha hecho público la salida de algunas de sus mejores jugadoras. No pongo en duda que debe tener un plan pergeñado y bien pensado. De momento, a la espera de más capítulos, los inicios de Patri han sido duros y, por qué no decirlo, bastante decepcionantes para los seguidores atléticos. ¿Será capaz de plantar cara a su querido Real Madrid, donde siempre anheló trabajar? O peor, ¿les hará la vida fácil para garantizar su futuro, como ha sido la tónica general en su carrera profesional?

Por el momento, sólo cabe esperar.

PATRI GONZÁLEZ