ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Media España sale de la sequía meteorológica pero el déficit en el área mediterránea empeora
Los embalses rozan ya niveles normales, tras subir un 5%, aunque Cataluña sigue en situación crítica
Hay una mitad de los españoles que empieza a respirar algo más tranquila al mirar al cielo. Las lluvias de marzo han dejado en buena parte de España el doble de agua de lo habitual, e incluso el triple en zonas de Andalucía y Castilla-La Mancha. Y la Semana Santa ha llenado los embalses, con un subidón de 2.968 hectómetros cúbicos, el 5,3% de la capacidad total actual. Es la mayor subida semanal de agua en los pantanos desde diciembre de 2022.
Estas lluvias se suman a las del invierno en general. Y desde que comenzó el año hidrológico, el 1 de octubre, ha llovido un 15% más de lo normal, con 467 l/m² para el conjunto del país. Esto se nota en los embalses, que no solo están en una situación mejor de la que estaban el año pasado, sino que rozan ya la normalidad: hay 35.375 hectómetros cúbicos acumulados frente a los 35.526 hectómetros cúbicos que tenían de media en la última década, según los datos de Transición Ecológica. Es decir, los pantanos se encuentran al 63,1% de su capacidad total, solo un 0,43% por debajo de lo normal, a pesar de que en enero el déficit llegó a ser del 18%.
Las precipitaciones del último año muestran que la mitad oeste de la Península ha dicho adiós a la sequía meteorológica, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). «Ha habido un alivio temporal de la sequía, pero a largo plazo no se ha salido en muchas cuencas», valoró ayer su portavoz Rubén del Campo. Es decir, todas estas lluvias todavía no son suficientes para paliar la escasez acumulada en los últimos tres años, la llamada «sequía de larga duración» en la que aún se encuentra España según los indicadores. «No hay que bajar la guardia», dice del Campo.
Sin embargo, los datos del último año son esperanzadores. Las cuencas de acumulación (parecidas a las hidrográficas) de norte y noroeste, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir son las que arrojan ya un balance positivo con datos de las precipitaciones del último año, mientras que el Ebro está a las puertas de hacerlo también. Bajo estas cuencas se encuentran Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Madrid y la mitad oeste de Andalucía.
En Andalucía, de hecho, se han replanteado ya ciertas medidas de emergencia contra la sequía. «Este verano no se van a traer barcos cargados de agua», anunciaba el lunes el presidente Juanma Moreno. Pero no se lanzan aún las campanas al vuelo. Las reservas de la comunidad están al 40%. «Nos hace ser más optimistas», dijo ayer la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, que avanzó que se flexibilizarán las restricciones actualmente vigentes en el consumo humano de agua en las demarcaciones hidrográficas de su competencia, Mediterráneas Andaluzas, Guadalete-Barbate y Tinto-OdielPiedras.
Fin de la sequía ‘ibérica’
Pero las buenas noticias no son para todos. Hay grandes diferencias geográficas. El problema es que el área mediterránea se sigue quedando fuera del reciente reparto de lluvias. Mientras que desde el 1 de octubre las precipitaciones han sido el 150 % de lo normal en el centro y oeste; apenas
«El foco de atención a partir de ahora hay que ponerlo en las cuencas de Cataluña, Júcar, Segura y Andalucía», dice Olcina