ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El mejillón salta de la lata al fresco
En los últimos años se ha producido un cambio de tendencia en el consumo, revalorizando un sector que nació en 1945 en lugares como la ría de Arosa
Desde hace años el mejillón siempre ha tenido un hueco en nuestra mesa, muy asociado históricamente a las conservas por ser un producto de temporada, aunque también con gran éxito en fresco. Sin embargo, desde hace más de un lustro este último modo de ingesta va ganando adeptos y su comercialización está creciendo exponencialmente. Cada vez es más frecuente verlo no solo en puertos de mar, bares o restaurantes, sino en superficies comerciales, donde no solo venden mejillones frescos en bolsa, sino en otros formatos como pasteurizado o congelado.
Este aumento de consumo en fresco está provocando un repunte en su precio debido a su mayor demanda, lo que ha dado un respiro a los productores al ser en muchos casos una venta directa. Tras casi dos décadas de precios estancados, en los últimos años su cotización está al alza, con una subida en torno a un 25%, lo que permite a los bateiros afrontar con optimismo este cambio de ciclo, asegura José Juan Fernández Vázquez, administrador de Demarlosa, la depuradora de mariscos perteneciente al Grupo Proinsa, un grupo familiar con capital cien por cien gallego y con el mayor número de bateas en propiedad.
España es el tercer productor mundial de mejillón detrás de China –que destina casi toda su producción a consumo animal– y Chile, pero está muy por encima en calidad respecto al país suramericano, no solo por la especie, el ‘Mytilus galloprovincialis’ frente al ‘Mytilus chilensis’, sino por el entorno de cría en las rías gallegas a las que llegó en 1945, destaca Joaquín Garrido, secretario general del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Mejillón de Galicia. Detrás se sitúan, a bastante distancia, otros países como Nueva Zelanda y Estados Unidos.
En Europa, nuestro país dobla en producción al resto, y muy por detrás se sitúan Francia, Italia, Bélgica y Grecia. Concretamente en 2022 (último dato disponible de campaña) se obtuvieron 220.000 toneladas, bastante lejos de las 249.000 toneladas del año anterior. En cuanto a los datos de 2023, Roberto Alonso, secretario general de Anfaco-Cecopesca, organización dedicada a investigación, desarrollo tecnológico e innovación, estima «un nuevo descenso en el volumen
Es el porcentaje previsto destinado a consumo fresco al cierre de la campaña de 2023. El sector pide no perder de vista un molusco que ha sido estrella de la industria conservera de producción», afectando especialmente a la conserva, en donde estima «una caída en el acumulado de los últimos años superior al 30%».
La explicación se debe en gran parte al cambio climático, que afecta a la temperatura del agua. El exceso de lluvia para la producción de mejillón tampoco es bueno, ya que «disminuye la salinidad y afecta mucho a su desarrollo», lo que ocurrió en la última campaña, apunta José Juan Fernández.
D. O. P., sello de calidad
La generación de valor «es deseable», afirma Garrido, pero a veces no es posible unificar, ya que bajo esta denominación se encuentran 3.300 explotaciones, 1.100 barcos bateiros, destinando una parte a fresco y otra a conserva. El secretario del Consejo Regulador de la D. O. P. –que nació en 2007– ve en el fresco «una oportunidad para ponerlo en valor». En 2022 el precio medio se situó en 0,60 euros el kilo, destinándose un 70% a fresco y el resto a conserva. A la espera de datos de la campaña de 2023, se espera que la proporción sea del 80 frente al 20% a favor de su consumo al natural.
Fuentes del sector apuntan a que no es deseable desatender a la industria conservera y que esta se vea obligada a buscar género en otros mercados y que en un futuro no muy lejano puedan entrar nuevos competidores o que empresas nacionales se instalen en otros países y comiencen a desarrollar allí su cultivo, como podría ser el caso de Marruecos. Ya ocurrió en 2007 con la liberalización de aranceles, y Chile entró con fuerza en nuestros mercados, lo que provocó una caída en el precio hasta 0,35 euros el kilo. Las conserveras buscan un producto de mayor calidad y tamaño para sus envases. Para el secretario general de la D. O. P. Mejillón de Galicia, el ideal es que todos los actores –Consejo, transformadores y productores– vayan de la mano e ir hacia una mayor integración del sector, del que representan ya el 64% de la producción gallega.