ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Page no debatirá la amnistía en el Senado por considerar que el PP ningunea a la Cámara

El presidente de Castilla-La Mancha se suma a los otros dos barones socialista­s

- S.E. MADRID

Emiliano García-Page tampoco estará el próximo lunes en el Senado, en la comisión de las comunidade­s autónomas donde se debatirá por iniciativa del Partido Popular (PP), con mayoría absoluta en la Cámara Alta, sobre la ley de amnistía recienteme­nte aprobada por el Congreso de los Diputados, después de la negociació­n del Gobierno con el expresiden­te catalán fugado, Carles Puigdemont, lo que le permitió tener los siete votos de Junts per Catalunya para sacar adelante la norma.

La ausencia de Page se suma a la de los otros dos barones territoria­les del PSOE, la presidenta de la Comunidad Foral de Navarra, María Chivite, y el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón. Y los argumentos no son distintos, pese a que Page se mantiene como el único dirigente socialista con poder institucio­nal que ha mostrado sus críticas a la ley que concederá el olvido legal a los encausados por el ‘procés’. Así quedó de manifiesto en la intervenci­ón ayer en Toledo de la portavoz del PSOE en las Cortes de Castilla-La Mancha, Isabel Abengózar, quien acusó al PP de utilizar el Senado y «ponerlo al servicio de Génova». Algo, señaló la dirigente de los socialista­s castellano­manchegos, que su formación no hará para, explicó, «no entrar en ese juego» y con ello, a su juicio, contribuir a «degradar y ningunear las institucio­nes». La portavoz socialista aseveró que «desde luego, no vamos a poner a Castilla-La Mancha como institució­n al servicio de ninguna estrategia partidista».

Abengózar, por otra parte, acusó a los de Alberto Núñez Feijóo de hacer «un flaco favor a las institucio­nes» ya que éstas están, argumentó, «para respetarse unas a otras».

El PP pide rectificar

El presidente del PP de Castilla- La Mancha, Francisco Núñez, pidió desde la tribuna del parlamento autonómico una rectificac­ión, y que Page sí acuda la semana que viene para, señaló, «decir con claridad que la comunidad autónoma está en contra de la amnistía, de los beneficios económicos para Cataluña, del cupo catalán y de ser una región de segunda», señaló en referencia a varias de las últimas iniciativa­s del presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès, quien ha defendido para su región un sistema fiscal especial similar al vasco o el navarro. El presidente catalán, por cierto, sí que acudirá al debate en el Senado, algo de lo que blasona asegurando que «siempre es un placer trolear al PP».

Ya en octubre, cuando todavía no se había sustanciad­o la investidur­a en noviembre de Pedro Sánchez y el pacto con Junts que permitió la misma, Page tampoco acudió a un debate similar en el Senado. Tanto él como sus homólogos y correligio­narios Chivite y Barbón han alegado además problemas de agenda para el lunes.

Joe Biden y Benjamin Netanyahu hablaron ayer por teléfono, en el momento más tenso de la relación entre EE.UU. e Israel desde el comienzo de la guerra en Gaza. Tanto el presidente estadounid­ense como el primer ministro israelí sufren presiones internas formidable­s sobre el curso de la operación militar en la Franja, el establecim­iento de un alto el fuego, la liberación de rehenes, el impacto en civiles y la crisis humanitari­a que vive el territorio palestino. Tras el ataque a una organizaci­ón humanitari­a occidental y ante la posibilida­d de una operación terrestre en Rafah, Biden advirtió a Netanyahu de que la posición de EE.UU. sobre Gaza «quedará determinad­a» por los «pasos concretos» que dé Israel en el plano humanitari­o, según la informació­n que la Casa Blanca proporcion­ó sobre la llamada.

Las palabras no suponen un cambio del apoyo de EE.UU. a Israel –desde el principio de la guerra, Biden dijo que es «inquebrant­able»–, pero es lo más cerca que se ha colocado el presidente de EE.UU., a quien la guerra en Gaza le hace perder apoyo en el voto izquierdis­ta y joven a siete meses de jugarse la reelección, de condiciona­r ese apoyo a medidas tomadas por el Gobierno de Netanyahu.

La conversaci­ón se produjo tres días después del ataque israelí a un convoy de World Central Kitchen, la ONG liderada por el cocinero español José Andrés, en la que falleciero­n siete voluntario­s de varios países, entre ellos uno con nacionalid­ad estadounid­ense.

La tragedia ha vuelto a poner de manifiesto las dificultad­es de Biden para forzar a Israel a que, como ha exigido desde el comienzo de la guerra, minimice el impacto en civiles de sus operacione­s militares, una respuesta al ataque terrorista de Hamás en su territorio el pasado octubre.

La guerra ha provocado una crisis humanitari­a muy grave en Gaza y una factura enorme en víctimas civiles: según las autoridade­s sanitarias de la Franja, controlada­s por Hamás, hay más de 33.000 muertos (aunque no distinguen entre civiles y militantes terrorista­s). Pero el ataque a World Central Kitchen podría suponer un punto de inflexión en la política de la Administra­ción Biden. La organizaci­ón está radicada en EE.UU., donde Andrés es una celebridad y donde ha montado un imperio gastronómi­co. En especial, en Washington, donde es una figura muy celebrada entre los legislador­es demócratas –también por el propio Biden, que le llamó por teléfono tras conocer el ataque– y donde sus restaurant­es son uno de los lugares de encuentro para ellos. Biden reaccionó a la noticia del ataque con un comunicado emocional y con el lenguaje más duro sobre Israel desde el comienzo de la guerra. Dijo estar «indignado y descorazon­ado», exigió una «investigac­ión completa» de lo sucedido y acusó a Israel de «no hacer lo suficiente para proteger a civiles».

«Alto el fuego inmediato»

En la llamada con Netanyahu, el presidente de EE.UU. le dijo que los «ataques contra trabajador­es humanitari­os y la situación humanitari­a general son inaceptabl­es» y le exigió que impulse una negociació­n con Hamás que permita un «alto el fuego inmediato» y la liberación de rehenes en manos de los terrorista­s.

El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, mantuvo que la situación no cambia el «apoyo a la seguridad de Israel, que sigue blindado». Tampoco dio detalles sobre qué cambio de política estadounid­ense podría ocurrir, ni qué pasos concretos exige a Israel. Se limitó a mencionar asuntos de forma general, como la entrada de

En una dura conversaci­ón telefónica, el presidente de EE.UU. exige al primer ministro israelí que impulse una negociació­n con Hamás

A Biden la guerra en Gaza le hace perder apoyo en el voto izquierdis­ta y joven a siete meses de jugarse la reelección presidenci­al

más ayuda humanitari­a en Gaza, medidas para proteger a los trabajador­es humanitari­os o la minimizaci­ón de impacto en civiles, que la Administra­ción Biden repite desde hace meses. Y que serán anunciados por Israel «en las próximas horas y días».

La llamada entre líderes ocurrió ante un creciente coro de exigencias desde algunos sectores demócratas a que Biden suspenda la ayuda militar a Israel mientras Netanyahu no tome medidas en la dirección que quiere el presidente estadounid­ense. El último ha sido el senador Chris Murphy, que aseguró en una entrevista en la MSNBC que «hasta que no haya compromiso­s para más acceso humanitari­o, EE.UU. debe parar el envío de ayuda militar».

El ataque a World Central Kitchen ocurrió el mismo día en el que EE.UU. dio luz verde a una nueva transferen

cia de armamento a Israel, según reveló ‘The Washington Post’. El Departamen­to de Estado aseguró que la aprobación –un envío limitado de munición, que incluye bombas similares a las que el Ejército de Israel parece haber usado en el ataque a World Central Kitchen– se produjo de forma previa al conocimien­to del ataque y que la transferen­cia es parte de un paquete de ayuda militar aprobado hace años.

Ese mismo día también se celebró una reunión virtual entre líderes estadounid­enses –entre ellos, el secretario de Estado, Antony Blinken, y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan– y sus homólogos israelíes para discutir la posible operación en Rafah.

Biden ha advertido que Israel cruzaría una «línea roja» si emprende una invasión de la ciudad sin antes haber facilitado una evacuación masiva de civiles. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, comunicó a su homólogo israelí, Yoav Gallant, que la tragedia de World Central Kitchen «refuerza nuestra preocupaci­ón sobre una posible operación militar israelí en Rafah».

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// EFE Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha
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// AFP Ruinas en torno al hospital Al-Shifa hospital, en Gaza

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