ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Las dudas en la OTAN abren grietas en el frente de guerra
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quiere que los socios aporten 100.000 millones de euros a la Alianza Atlántica durante los próximos cinco años. Sin embargo, esta propuesta, destinada a blindar el suministro de ayuda militar a Kiev, ha suscitado dudas entre los aliados, pues la prolongación del conflicto comienza a hacer mella. De nuevo, los tiempos de la política y la diplomacia juegan en contra de Ucrania. Estados Unidos se ha vuelto un aliado impredecible incluso con Biden en la Casa Blanca. Además, la Alianza teme que una victoria de Donald Trump deje a Kiev huérfana de armamento. Las intenciones y las promesas de apoyo «hasta el final» no sirven de nada sin una hoja de ruta firme que garantice a los planificadores ucranianos los recursos materiales necesarios para organizar la defensa de su territorio nacional.
podrá mantener una clara superioridad para abastecer a sus tropas al menos durante todo el año 2024.
Kiev suma esfuerzos para desarrollar su propia capacidad defensiva con armas de producción nacional. Sin embargo, depende inevitablemente del apoyo occidental para «no retroceder». Zelenski ha afirmado que la situación en el frente se ha estabilizado, pero advirtiendo que, sin más armas, Rusia avanzará poco a poco. «Si no hay apoyo de Estados Unidos, significa que no tenemos defensa aérea, ni misiles Patriot, ni bloqueadores para la guerra electrónica, ni proyectiles de artillería de 155 milímetros», dijo el presidente ucraniano en una entrevista con el periódico ‘The Washington Post’.
Situación límite
Los retrasos en la ayuda occidental han mermado las capacidades de Ucrania para hacer una planificación militar a largo plazo y están poniendo en jaque la red energética del país. Moscú ha lanzado oleadas de ataques contra la infraestructura energética –aprovechando la escasez de los sistemas de defensa antiaéreos– en un intento de perturbar la capacidad de la industria armamentística de Ucrania.
Otro de los puntos clave es el número de efectivos. Actualmente, en Ucrania se debate una revisión integral de su ley de movilización y, en ese sentido, ya ha decretado que la edad mínima de reclutamiento baje a los 25 años. Mientras tanto, en Moscú se estaría planeando ahora una nueva movilización de 300.000 reclutas con el objetivo de cercar Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, según dijo un funcionario del Ministerio de Defensa al medio ruso ‘ Vyorstka’.