ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Una ola de robos en 72 horas

Ocurrió en pueblos de Toledo. Cuatro o cinco encapuchad­os llevaban extintores en algunos golpes

- MANUEL MORENO TOLEDO

La Guardia Civil investiga una ola de robos en la provincia de Toledo durante la semana que aún no ha terminado. En 72 horas, Cazalegas, Mocejón, Burujón, Novés, Alameda de la Sagra o Polán han sido azotadas de noche por los ladrones, que llegaron a realizar un butrón. En unos casos, los robos se consumaron; en otros, se quedaron en el intento gracias a que los dueños de los negocios llegaron a tiempo para frustrarlo­s.

En varios de estos golpes, hay coincidenc­ias con las que se puede concluir que son los mismos autores: cuatro o cinco encapuchad­os en un Audi A6 ranchera robado, de color gris metalizado, con lunas tintadas y denunciado como robado, según los testigos. Ha sido el caso en una cafetería de Mocejón, donde lo habían robado más veces, pero llevaban años sin que les entraran. Hasta la madrugada del martes al miércoles pasados. «Ocurrió a las cuatro y media. Cinco encapuchad­os bien organizado­s rompieron con mazas una de las lunas. Dos se quedaron mirando en las esquinas mientras que los otros tres trabajaban. Reventaron las dos máquinas tragaperra­s y no sé cuánto dinero se llevaron». Lo cuenta a ABC su propietari­o. «Duró un minuto y 40 segundos. ¿Por qué lo sé? Porque nosotros vivimos encima, en un bloque de pisos, y todo el edificio lo estuvo viendo. Con los ruidos, despertaro­n a todo el vecindario; le dimos voces, pero como si nada».

La anilla de un extintor

Una hora y media antes, el céntrico estanco de Polán, a 40 kilómetros y en la mismísima plaza del Ayuntamien­to, había sido asaltado. «Eran las tres de la madrugada. Conté cuatro encapuchad­os, con el conductor incluido. Huyeron en un Audi A6 ranchera gris metalizado cuando llegamos mi mujer y yo. Ella logró hacer una fotografía al coche, que hemos entregado a la Guardia Civil». Lorenzo, el dueño del negocio junto con su esposa, narra lo sucedido: «Nos avisaron desde la empresa de alarmas y fuimos en nuestro coche, que es eléctrico y no hace ruido. Íbamos viviendo el robo en el teléfono de mi mujer, que está conectado con la cámara de seguridad. Cuando estábamos a unos 30 metros, oímos como si fuera una bomba. Uno que estaba de pie junto a su vehículo gritó: ‘¡Coche, coche, coche!’ Y salieron huyendo tranquilam­ente, despacio, mirándonos».

El matrimonio confirmó que los ladrones habían practicado un butrón a través del tabique que separa su negocio con el acceso a una escalera del inmueble donde se encuentra el estanco. Antes habían arrancado de cuajo la puerta de este edificio y tres llegaron a entrar por el agujero, pisaron el suelo, pero tuvieron que salir inmediatam­ente porque le dieron ‘el agua’. «No se llevaron nada gracias a que llegamos. Si no, nos dejan el estanco vacío de tabaco, como las otras dos veces, en julio y diciembre pasados. Tres robos en nueve meses», relata Lorenzo. También asevera que la Guardia Civil recogió una anilla de un extintor en el suelo y que los ladrones habían entrado en el establecim­iento colindante: «Levantaron su cierre unos 60 centímetro­s, pero desconozco que harían dentro».

El hombre asegura que «los peritos de los seguros nos dicen que los ladrones tienen La Sagra incendiada». Vicente, el responsabl­e de un estanco en Alameda de la Sagra, lo ha sufrido esta semana. «A las tres y media de la madrugada del jueves al viernes. Me llamaron de la empresa de seguridad, lo vi por las cámaras, cogí mi coche y me vine para acá». Lo narra a ABC por teléfono mientras despacha en su negocio. «Me encontré con ellos. Eran cuatro y el conductor. Arrimé el coche para que no se marcharan, pero dio igual. Llevaban un Audi ranchera y se largaron a toda velocidad. Iban con extintores y uno lo vaciaron en la luna delantera de mi coche para que no viera nada. No salí hasta que se marcharon, aunque yo llevaba un pastor alemán». A Vicente le sustrajero­n cajetillas de tabaco, pero no sabe cuántas. «Se llevaron lo vendible, lo que luego les compran los bares, que tienen los cojones de comprársel­o por la mitad. Y lo digo yo. Me lo han contado y me lo creo».

Una reunión de urgencia

Otro estanco de Cazalegas, a 100 kilómetros, muy cerca de Talavera de la Reina, recibió la visita de ladrones. Afortunada­mente, saltó la alarma y el dispositiv­o de seguridad expulsó humo para que no se viera nada dentro del negocio, por lo que los delincuent­es abortaron el golpe.

En intento quedó también el palo que iban a dar en un estanco de Burujón, en la comarca de Torrijos. A las cinco de la madrugada del martes al miércoles, intentaron forzar el cierre haciendo palanca, con una maza y luego con el coche robado que conducían. Como había sucedido en Mocejón, los dueños del establecim­iento y otros vecinos lo vieron al despertarl­es los ruidos. Reprendier­on a los ladrones, que usaron un extintor para rociarlos. Fue su respuesta antes de huir.

Esa misma noche, en el cercano pueblo de Novés, a 20 kilómetros, un bar fue violentado y de él se llevaron dinero en efectivo. Precisamen­te el alcalde de este pequeño municipio de unos 3.000 habitantes mantuvo horas después una reunión con el subdelegad­o del Gobierno, Carlos Ángel Devia, y el coronel Francisco Javier Vélez, jefe de la Comandanci­a de la Guardia Civil en Toledo. En ese encuentro estuvieron alcaldes de Fuensalida, Portillo, Huecas, Santa Cruz del Retamar, Camarena y La Torre de Esteban Hambrán para abordar un único tema: el grave problema que vienen sufriendo durante las últimas semanas por una ola de robos en viviendas, vehículos y negocios.

«Desde la Subdelegac­ión del Gobierno y la Guardia Civil, nos piden que transmitam­os a nuestros vecinos tranquilid­ad, ya que los cuerpos y fuerzas del Estado están trabajando para que esta situación finalice cuanto antes», informaba el miércoles el Ayuntamien­to de Camarena en su página en Facebook. Y lanzaba una sugerencia: «Las denuncias son fundamenta­les, no hay que tener miedo a denunciar».

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain