Nebrija tras suV centenario: el legado perdura

MANUEL

HACE poco más de dos años iniciábamos en el Teatro Real, con la presencia de Sus Majestades los Reyes de España, la conmemoración del V Centenario de la muerte de Antonio de Nebrija en 1522. A lo largo de este período hemos desarrollado un intenso programa de actividades en torno a su figura que nos han servido para acercar al gran público la importancia de su figura como humanista y el impacto que su obra como gramático ha tenido en nuestra lengua y cultura. Aunque oficialmente cerramos esta efeméride el pasado mes de diciembre, podemos afirmar que el espíritu de Nebrija seguirá inspirándonos a todos, y ese fue el propósito principal de esta conmemoración: revitalizar su recuerdo e impulsar su legado hacia el futuro.

Desde la Fundación Antonio de Nebrija, hemos tenido el honor de presidir la Comisión Interadministrativa encargada de coordinar las actividades del centenario. Este proyecto ha contado con el apoyo y la colaboración de diecisiete instituciones públicas y privadas, todas ellas fundamentales para el éxito de esta empresa. Entre ellas, el Ministerio de Cultura, la Biblioteca Nacional de España, el Instituto Cervantes, la Real Academia Española, Radiotelevisión Española y la Universidad de Salamanca, entre otras.

Nuestro objetivo ha sido claro desde el principio: dar a conocer entre un público amplio la figura de Nebrija y profundizar en el conocimiento especializado de su vida y obra. Hemos coordinado y estimulado una amplia gama de actividades, desde libros y conferencias hasta exposiciones y congresos. Entre ellas, destacan la Exposición en la Biblioteca Nacional y el estreno del documental «Nebrija Vive» de RTVE, que han acercado su legado a millones de personas, tanto en España como en Iberoamérica. Pero más allá de las celebraciones y los eventos, el verdadero legado del V Centenario reside en la pervivencia y modernidad de las ideas de Nebrija. Como polímata y humanista,

su pasión por el conocimiento y su espíritu crítico siguen siendo ejemplos a seguir en nuestros días. En la Universidad Nebrija, que con orgullo llevamos su nombre, mantenemos vivo su compromiso con los valores universitarios, fomentando la humildad intelectual, la curiosidad y la apertura mental. Nebrija vivió en una época de cambio y transición, y su legado sigue siendo relevante en un mundo cada vez más interconectado y cambiante. Seguro que hoy sería un defensor acérrimo del humanismo digital, defendiendo la primacía del ser humano frente a la tecnología. Su legado perdura en la esencia misma de la pasión por saber, una noble búsqueda que nos une a todos.

En este cierre del centenario, quiero expresar mi sincero agradecimiento a todas las personas e instituciones que han hecho posible este homenaje a Nebrija. En particular, a los miembros de la Comisión y al equipo técnico de la Fundación y la Universidad Nebrija, cuyo arduo trabajo ha hecho realidad este sueño.

Nebrija vive y vivirá siempre con nosotros, en el legado eterno de su sabiduría y su humanismo.

VILLA CELLINO