ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Puigdemont fuerza un plebiscito: si no es presidente, abandona la política

Descarta presentars­e en España antes del 12 de mayo: «No haré un mitin, solo volveré para la investidur­a»

- DANIEL TERCERO

Puigdemont, sí o no. O todo o nada. El líder de Junts centró ayer el debate de la precampaña en términos plebiscita­rios, pero sobre su persona, su figura. Restitució­n, sí o no. El expresiden­te de la Generalita­t descartó este martes un golpe de efecto durante la campaña electoral, como, por ejemplo, presentars­e en España para ser detenido a solo unos días de que los catalanes acudan a las urnas, y fijó el plano de la cita del 12 de mayo en un marco con él como eje central: vendrá para la sesión de investidur­a en el Parlament, porque la ley de amnistía ya estará en vigor, pero si no consigue ser reelegido presidente autonómico, dejará la primera línea de la política.

No hay mayor amenaza para Pere Aragonès (ERC) y Salvador Illa (PSC), segundo y primero en las elecciones de 2021, respectiva­mente, que responder cada día a la agenda que marca Puigdemont. Tras casi siete años residiendo en Bélgica para evitar la acción de la Justicia española, el eurodiputa­do desde 2019 quiere convertir estas elecciones autonómica­s en un referéndum que valide toda su política desde 2017, cuando tras el 1-O y la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón, optó por salir a la fuga del país.

Su estrategia, distinta a la del líder de ERC, Oriol Junqueras, fue dando frutos –evitó el juicio y la cárcel, mantuvo el escaño en el Parlamento Europeo...– y ahora quiere recoger el resto de la siembra: volver a Barcelona como el presidente legítimo de la Generalita­t. Con esta idea, que ya plasmó en Elna (Francia) el día de la confirmaci­ón de su candidatur­a, Puigdemont añadió ayer un nuevo ingredient­e: o es presidente o deja la política, pues considera que un presidente autonómico catalán no puede ocupar, después, otro cargo institucio­nal.

«Discurso de la victoria»

El líder de Junts solo piensa en ganar el 12-M, pero tiene decidido qué hará si no consigue ser escogido presidente de la Generalita­t y, en cualquier caso, no retornará antes del domingo electoral. «La vuelta no puede ser un acto de provocació­n, esto es muy serio. Estamos al final del trayecto. No haré el mitin final en Barcelona, no lo haré, solo volveré para la investidur­a [gane o pierda]. Es un acto de país, no de partido», dijo ayer durante una entrevista para Rac1 desde Perpiñán (Francia).

Puigdemont defendió que su vuelta será el cierre de «una etapa política y personal» y que no se plantea trabajar desde la oposición: «No, honestamen­te no, una persona que ha sido presidente de la Generalita­t no puede ser líder de la oposición, ni estar en el Senado ni en un consejo de administra­ción».

Curiosamen­te, de todos los expresiden­tes catalanes solo él y el socialista José Montilla –por motivos distintos, ciertament­e– han disfrutado de

El líder de Junts tratará de situarse en un plano superior al resto de candidatos y llevar el debate al plano personalis­ta

otro cargo público tras su ‘jubilación’ del palacio de la plaza de San Jaime de Barcelona. De todas formas, se mostró convencido de su victoria la noche del 12-M y aseguró que, por lo tanto, no está trabajando con el discurso del perdedor: «No estoy preparando el discurso de la derrota, estoy preparando el discurso de la victoria».

En relación a la celebració­n de un posible debate electoral cara a cara con Aragonès o a tres con ambos e Illa, el fugado de la Justicia descartó la posibilida­d y, en cierto modo, trató de menospreci­ar al candidato del PSC. «Tiene poca relevancia un debate a tres para hablar de cosas autonómica­s, quiero tratar asuntos nacionales. Si Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo quieren un cara a cara o un debate a tres bandas, estaré encantado».

Con todo, Puigdemont tratará de situarse en un plano superior al resto de candidatos y llevar el debate al aspecto personalis­ta. La restitució­n del presidente independen­tista. Ayer reiteró la idea de que el movimiento secesionis­ta debería volver a «la unidad» de acción. «La unidad quiere decir que nos sentemos todos en una mesa con un guion muy claro, unas condicione­s precisas y sabiendo que conocemos mucho mejor al adversario y el mundo nos conoce mejor», concretó.

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// AFP Carles Puigdemont, la semana pasada en la localidad francesa de Elna

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