ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Las ‘manadas’, en ascenso, pasan del 2,8% al 10,9% en quince años
Las violaciones en grupo o ‘manadas’ siguen una línea ascendente «muy preocupante», destacaron ayer los responsables de las líneas de ANAR, incrementándose ese tipo de agresión sexual de un 2,8% en 2008 a un 10,9% de los casos en 2023. La predominante es la de dos varones sobre una mujer. La edad de los agresores también se rebaja y no solo cuando actúan en grupo: más de dos de cada diez son menores. El 10%, además, son reincidentes en el delito, lo que significa que quedaron «impunes» tras el primero.
fía; y prostitución (1,9% de los casos).
Díaz subrayó ayer que todos los parámetros analizados se han agravado desde 2008. Uno de ellos es la frecuencia con que las víctimas dicen sufrir esos delitos y un 27% lo hace de forma diaria. En el 46% de los casos dura un año. Se escandaliza un profesional (se ha recabado la opinión de policías, trabajadores y educadores sociales, psicólogos) de que están viendo «conductas de agresiones sexuales ya en niños de Primaria, y que han tenido casuísticas en el último año con niños de 7 y 8 años que agredían a niñas de 4 y 5». La edad media de las víctimas es de 12,5 años y su rendimiento escolar medio-bajo.
El agresor: varón y adulto
El perfil del agresor es mayoritariamente varón y adulto; perteneciente al entorno familiar en más de la mitad de las ocasiones (encabezados por el padre y el novio de la madre).
ANAR recoge 495 conversaciones entre los adolescentes agredidos y los interlocutores de la ayuda. Mara –los nombres son ficticios– lleva meses «chantajeada» por unas fotos que pasó por internet y ahora la acribillan a mensajes. Confiesa que desea «autolesionarse» y poner fin a esa presión. El 70% de las víctimas no reciben tratamiento psicológico, afirmó Díaz. Y añadió: «Nos preocupa que seis de cada diez progenitores no sepan actuar por negligencia o falta de reacción». La información sobre sexo que tenga el menor es crucial. «No sé si es violación porque fue mi pareja», duda Dolores. La respuesta al otro lado del hilo teléfonico es «sin duda, lo es».
Linet desató el cisma familiar: «Mi madre defiende a su pareja, no reconoce que haya abusado de mí. Él consume drogas y se pone agresivo». Linet sabía que hablar «supone un antes y un después», defendió Sonsoles Bartolomé, directora del área jurídica de ANAR. Las familias inmigrantes arrojan una tasa «altísima» de casos, sostuvo Díaz: son el 12,8% de la población infantil en España y el 41,3% de las víctimas asistidas.