ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
De peones a reyes por la gracia del profesor
Cuando Enrique Sánchez llegó al colegio Marcos Frechín de Zaragoza solo tenía clara una cosa: debía escapar de ahí cuanto antes. «No voy a durar ni un día», pensó cuando pisó el colegio público en 1982. Tras 42 años, el profesor está ya a las puertas de la jubilación en el centro y el motivo de que no abandonara no fue ni la proximidad de las instalaciones, ni sus infraestructuras, ni sus compañeros. La culpa –o la bendición, depende de cómo se mire– la tienen unos jovencitos que desde hace unos años se visten con su polo negro y siguen sus enseñanzas de ajedrez. «Conseguimos ser subcampeones nacionales en dos ocasiones y ganamos el campeonato nacional en 2014. En el tablero, todos somos iguales», cuenta el profesor, en conversación con ABC.
Que los chicos vieran a sus rivales al mismo nivel no era sencillo. El barrio, situado en una zona obrera de la ciudad, no les ponía las cosas fáciles. La mayoría daba por perdido su futuro, a pesar de sus ganas. «En ese barrio no hay aspiraciones. Muy pocos solían ir al instituto después de EGB. Ahora es una zona que ha envejecido y a la que han llegado muchos inmigrantes y gente que viene de los pueblos», indicó el profesor. Después de años de trabajo y esfuerzo, en 1987, consiguió que la selección de Aragón estuviera conformada íntegramente por alumnos del colegio. «Fue una forma de que vieran que no eran peores que chicos de un centro privado».
Esta historia del maestro y sus alumnos la descubrió un día en el periódico el cineasta Nacho G. Velilla y rápidamente se puso en contacto con él. «Vi enseguida una trama y cuando hablé con él me puse manos a la obra», cuenta el director. El reto no ha sido sencillo. «Ser fieles al viaje emocional, a Enrique y a estos chicos que desconocían sus cualidades era complicado. Tuvimos que cambiar las edades de los chicos así como al profesor». En la película ‘Menudas piezas’ es Alexandra Jiménez quien encarna a este maestro. Bajo el nombre de Candela, esta mujer se enfrenta a un cambio repentino de colegio con unos chavales que, a diferencia de la vida real, son unos chicos conflictivos y mediocres. En el ajedrez encuentra una vía para mostrar a los alumnos que no está todo perdido y que, como bien decía Enrique, frente al tablero todos son iguales.
La oportunidad de competir por el campeonato de España les llegó por sorpresa. Tal y como cuenta la película, Enrique reunió a los chavales con sus familias para explicarles en qué consistía el campeonato y los gastos que tenían que asumir. «En ese barrio luchan por llegar a fin de mes. Era muy complicado asumir los 130 euros solo de inscripción», cuenta. Pero la llamada de un amigo le dio otro punto de vista: «Su equipo había quedado en segunda posición [el año anterior] y nuestro equipo había ganado al suyo con bastante solvencia. Ahí me di cuenta de que no era un ir a probar, sino que había bastantes posibilidades».
Un campeonato de infarto
«Los chicos del Marcos Frechín», así les llamaban, se solían alojar en un lugar distinto al resto por motivos económicos, algo que también queda plasmado en la película. Así podían ahorrar gastos. El año que ganaron fue el más complicado de todos. «El más difícil con diferencia, sí, pero íbamos muy preparados. Fuimos con la mentalidad de ganar», aseguró Enrique. Su presencia en los certámenes después de unos años atemorizaba a otros centros. «La gente nos tenía mucho respeto. Los árbitros nos decían que muchos no querían que les tocara competir contra los chicos del polo negro», explicó el profesor, haciendo alusión a su uniforme.
Y así fue como un rumano, una boliviana y dos españoles vencieron a 38 colegios frente al tablero. «Imagínate para estos chicos, en un barrio donde no hay aspiración alguna, lo que supone ganar un campeonato nacional. Nuestro esfuerzo y trabajo nos hizo vencer», presume el profesor. La película refleja este viaje que Enrique hace junto a su equipo. «No quisimos desestimar ningún valor que enseñaba Enrique. En ‘Menudas piezas’ aparecen chicos normales, como los de la vida real, una figura de antihéroe en el que la gente se puede ver reflejada», asegura el director.
Un futuro gracias al ajedrez
«‘Menudas piezas’ no es una película sobre ajedrez, es una historia de superación. Una historia sobre unos personajes marginales que, en el marco de ese tablero de 64 escaques, luchan contra el destino que la sociedad les ha asignado y consiguen una hazaña excepcional», señala el director, que a l o l argo su carrera se ha dado cuenta de que no hay nada que te toque más el corazón que unos personajes corrientes lidiando con situaciones insólitas. Así lo atestigua su filmografía.
‘Menudas piezas’ , que llega a los cines hoy, recupera una inspiradora historia real de un colegio de Zaragoza