ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
A Moncloa se le atraganta el asalto a los consejos por las normas de buen gobierno
Lanzarse a asaltar empresas estratégicas, primero, y a comprar acciones para convertirse en socio con derecho a voto, después, está chupado. Lo difícil es ponerle el cascabel al gato. E Indra o Telefónica son huesos duros de roer sin hacer sonar los casca
EL Gobierno ha hecho un ‘ by pass’ en las cuentas del Estado –caducadas, como les gusta decir del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial)– para derivar recursos públicos hacia la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y facilitar el asalto de compañías estratégicas alegando precisamente que son, tal cual, estratégicas. Eso y lanzarse a comprar acciones para convertirse en socio con derecho a voto está chupado, pero después hay que ponerle el cascabel al gato. En el Ejecutivo saben bien el precio de desatar tormentas de gobernanza en el Ibex 35, como cuando el berenjenal de Indra puso contra las cuerdas a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) e hizo saltar las alarmas entre los inversores, con serios avisos desde Europa recordando que con las cosas cotizadas del comer no se juega.
Ahora los chicos y chicas de La Moncloa quieren seguir incrustando peones allá donde sienta o sentará sus reales la SEPI, y para eso hay que cambiar lo que hay. Indra o Telefónica son huesos duros de roer sin hacer sonar los cascabeles de una nueva crisis de las normas de buen gobierno. Que una cosa es predicar con que hay que ocupar con consejeros satélite las compañías clave y otra bien distinta dar trigo volviendo como un calcetín los órganos de gobierno de las empresas.
Además, para retapizar los consejos con estómagos agradecidos y dichos satélites artificiales del ‘tanto pagas, tanto voto’ hace falta sacar a los vocales que ya están, lo que no parece tarea fácil, pues un dominical no puede reemplazar a un independiente sin alterar los frágiles equilibrios que impone la norma: al menos la mitad del Consejo de Administración más uno han de ser independientes, y el 40% del total mujeres. Y un asalto acelerado por parte de la SEPI convertiría las habituales celdas de convento que suele ser un consejo en un salón de La Chalana con ‘koldos’ y karaokes.
El Gobierno, en cualquier caso, pide ahora paciencia a los tapados que esperan en cola de despegue para adentrarse en el espacio aéreo de las compañías señaladas para la reconquista sanchista. Mientras, busca mujeres con las que mantener al menos la apariencia de diversidad y escucha las distintas voces internas con las que convive, que se dividen entre los cautelosos de la invasión a pellizcos y los echados para adelante que prefieren el una vez colorado al ciento amarillo.
También sin paciencia ninguna está el Gobierno con la también impaciencia repentina de los saudíes de STC y su interés en lograr el OK cuanto antes a su participación conjunta en Telefónica, para después pedir representación en el consejo. De momento, el Gobierno, tal y como avanzó ABC, pretende impedir que los saudíes entren al máximo órgano de gobierno de la operadora hasta que el Estado, a través de la SEPI, tenga también su silla. Ambos tienen la intención de alcanzar un 10% del capital social, lo que, de llegar, les podría dar acceso a dos puestos en el consejo, si bien, esa posibilidad de alcanzar dos consejeros todavía está por ver.
Veremos pues, porque, aunque de momento merece destacar que las propuestas del equipo gestor de Álvarez-Pallete a los accionistas de Telefónica reunidos el pasado viernes en junta fueron respaldadas con un histórico 99% de los votos, logrado en el año Centenario, y con todo el lío de los nuevos accionistas, si uno se empeña, y la sigue, y tiene el respaldo de quien lo tiene que tener, la consigue.
Para muestra, un botón llamado Indra, aunque de apellido, español, no saudí. El caso es que andan diciendo por ahí que la «empresita» Escribano Mechanical & Engineering pide pista, y dice que quiere aumentar su peso en la empresa de Tecnología y Defensa. A día de hoy tiene ya una participación del 8%, y es ya el segundo accionista de Indra, por detrás precisamente de la SEPI (con el 27,99%), pero además no esconde que quiere superar incluso el 10% que dijo que quería alcanzar cuando aterrizó. Una participación, claro, que le permitiría también pedir su silla. «A quien buen árbol se arrima...».
Mientras, el presidente Sánchez, como cada vez que quiere aparentar que no está en las cosas domésticas, ha agarrado el Falcon y dice estar pendiente del Estado palestino. Nada más lejos. La geopolítica del muro es solo una cortina de humo: cuanto más lejos suena la voz del Gobierno más cerca está de lo que verdaderamente busca, que no es otra cosa que la apropiación del tejido industrial más valioso y estratégico y el asalto de las instituciones. Se avecina una auténtica ‘Filomena’ de gobernanza, una nueva entrega del capitalismo de amiguetes con el que perfumar el Ibex con consejeros al servicio del sanchismo. Nos hablarán de paz, aquí y en
Oriente Medio, pero es solo el eco distorsionado de quienes lo ven todo como un campo de batalla para llenarse la cartera.