ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El YAdeToledo, «una historia que había que contar»

- VALLE SÁNCHEZ TOLEDO

Este jueves se presenta en el centro cultural San Marcos el libro ‘ ElYAdeTole­do. Fulgor, pasión y muerte de un gran periódico provincial», escrito por la periodista toledana Ana Isabel Jiménez, jefa de Contenidos de Radio Televisión Diocesana de Toledo. La obra rescata los 16 años que el periódico YA sobrevivió en Toledo, de 1980 a 1996, años dorados de un periodismo joven, en una ciudad en blanco y negro pero en ebullición, y de la que el diario fue testigo y actor de su transforma­ción a color. Un recorrido por la historia de un periódico que vivió el éxito y la agonía en un nuevo tiempo de ilusión e incertidum­bre y un homenaje a los que resistiero­n, así como a los olvidados periodista­s de provincias.

El libro nace gracias al investigad­or Rafael Villana, que propuso a la periodista como trabajo final del máster en Gestión y Patrimonio de la Universida­d de Castilla-La Mancha, realizar una investigac­ión sobre este diario. Él sería su «primer arcángel» y el segundo fue Miguel Larriba, exdirector del YAdeToledo, que se atrevió a abrir «su caja de recuerdos que tenía cerrada con llave» y la animó a contarlo. En el prólogo, Larriba reconoce el gran trabajo de Ana Isabel Jiménez por «armar este rompecabez­as, fragmentad­o, doloroso y disperso, para trasladar a los lectores el relato de la vida cotidiana de un periódico provincial comprometi­do con la sociedad que le tocó desarrolla­r y de quienes , con su trabajo, lo hicieron posible». Periodista­s, fotógrafos, administra­tivos, viñetistas, responsabl­es de publicidad y colaborado­res ayudan a dibujar en las páginas de libro, editado por Ledoira, lo que fueron aquellos años, una época de hacer periodismo que ya es historia, ni mejor, ni peor.

Ana Isabel Jiménez lleva toda la vida vinculada al periodismo en Toledo y, además, se inició como becaria en el YAdeToledo, en julio de 1993, como redactora en prácticas. Su primer artículo hablaba del precio del pan, que subía cinco pesetas, y su primer golpe de realidad fue el anuncio de la suspensión de pagos del periódico un día después de su llegada. Era el comienzo del fin, de los tres años de agonía de un periódico que lo había sido todo en la ciudad, un referente y una escuela para muchos de los que aún siguen en activo.

Cuando el YA llegó a Toledo, trece años antes, en 1980, la ciudad de Toledo tenía solo 57.000 habitantes y el panorama de la prensa escrita era «desolador». Enrique Monsalve, un jefe «peculiar», se hizo cargo de la dirección del periódico del que sus protagonis­tas cuentan en las páginas del libro infinidad de anécdotas y vivencias de aquellos días. En poco tiempo, el diario logró hacerse un hueco en el mercado de la prensa local y entre los toledanos, y pasó a formar parte para siempre de esta ciudad. Así arranca una historia que, como dice Ana Isabel Jiménez, «había que contar y aquí está».

La periodista toledana recupera en un libro la andadura de este gran periódico en la ciudad entre 1980 y 1996 a través de sus protagonis­tas

«Esta ciudad pasó del blanco y negro al color y el lo contó en sus páginas locales»

«Era el momento de contar cómo se hacía un periódico, sin internet, sin teléfonos móviles, sin la tecnología de ahora, pero con más cercanía con la sociedad»

Nostalgia y realidad

«Los periodista­s -afirma a ABC- tenemos un afán por lo que pasa a nuestro lo alrededor, en nuestro tiempo, pero no solemos hablar de nosotros y creo que era el momento, 28 años después, de contar cómo se hacía un periódico sin internet, sin teléfonos móviles, sin los medios tecnológic­os que hay ahora, sin gabinetes de prensa y, con más cercanía y afinidad con la sociedad. Había mucho más interés en debatir que en combatir, como ahora, que parece que siempre vamos a la confrontac­ión; había muchas ganas de poner cosas en común».

Reconoce, no obstante, que «la nostalgia hace que el recuerdo se endulce» porque en aquellos primeros años la ciudad vivía todavía en «blanco y negro, era «un pelín decadente, vivía de su pasado, pero aún no había visto el camino hacia su presente y futuro». Por eso fue importante la llegada del YA a Toledo, porque fue testigo del despertar de la ciudad, no solo por la Democracia y la creación de la autonomía, también por «el despertar ciudadano, con asociacion­es y movimiento­s artísticos». En el YAse cubrió desde la visita del Papa Juan Pablo II y las míticas elecciones del 82, hasta hitos como la designació­n de Toledo como capital de la región, o su declaració­n como Patrimonio con la Humanidad. También las protestas contra el trasvase del Tajo, aún vigentes. «Creo que Toledo pasó del blanco y negro a color en esos años», opina Jiménez, que destaca también la primera redacción de licenciado­s, que venían de Madrid, con otros aires, profesiona­les muy jóvenes, que siguen siendo hoy nombres destacados de la profesión en los ámbitos nacional, regional y local.

En el libro, Ana Isabel Jiménez reivindica también al periodista local, «que vive siempre algo achantado, en segunda línea»: «El periodista de provincias hace de todo y casi todo lo hace bien y no tiene un gran reconocimi­ento social; tampoco tiene un reconocimi­ento económico y profesiona­l».

Han sido años de investigac­ión y de entrevista­s con casi todos los protagonis­tas de aquellos días que han dado para mucho, como rescatar la figura del fotógrafo Gregorio Carvajal, que cubrió la visita de Juan Pablo II para el YA, y cuya familia estará este jueves en la presentaci­ón de este libro, plagado también de anécdotas como un polémico artículo de Fernando Giles que nunca vio la luz y que aún conserva Miguel Larriba.

La historia del YA se puede consultar en el Archivo Municipal gracias a la labor que ha realizado su archivero, Mariano García Ruipérez , que salvó la colección por una golpe de suerte, tal y como se narra en el libro de Ana Isabel Jiménez. Allí está depositado, catalogado, documentad­o y en proceso de digitaliza­ción, pero el alma del YA se puede leer en las páginas del libro que ha visto la luz gracias también al editor, Jesús Muñoz, que apostó por el proyecto y que ha sido fundamenta­l para su publicació­n. Y sirve de homenaje a a todos aquellos que «vivieron y se desviviero­n por hacer un periódico que tomara el pulso a una ciudad en un tiempo y en un país en el que el pulso se sobresalta­ba de vez en cuando».

El libro, por último, aborda con objetivida­d la agonía y la muerte del periódico y cómo los profesiona­les «siguieron ahí al pie del cañón mientras en Madrid se estaba jugando su futuro y los trabajador­es de Toledo no se sentían, ni representa­dos, ni acompañado­s y tenían que seguir todos los días sacando un periódico». Son testimonio­s muy duros que, con respeto, se recogen también en las páginas del libro, aunque reconoce que alguna historia habrá quedado sin contar.

Y una reflexión final: «Los periodista­s tenemos que querernos un poquito más, a pesar de la precarieda­d, la falta de medios y las tensiones porque todavía hay gente que todas las mañanas abre un periódico y está esperando que nosotros le contemos una historia».

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// H. FRAILE Ana Isabel Jiménez, con su editor Jesús Muñoz, de la editoral Ledoira

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