ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
ERC y Junts exigen a Sánchez suprimir el impuesto de generación
Los socios catalanes se unen a la posición del PP, pero necesitan a Vox para tumbarlo
Rebelión ‘en la granja’. Los socios catalanes del Gobierno de Pedro Sánchez se han plantado y se han unido a la posición de PP y Vox en su defensa por el ajuste de la fiscalidad al sector energético. Así, según explican fuentes políticas a este diario, sus aliados catalanes, ERC y Junts, coinciden ahora en exigir a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que acabe con el impuesto a la generación de electricidad.
Para ello, los partidos políticos que han pedido al Gobierno que suprima el impuesto que grava al 7% la generación de electricidad, larga y hondamente cuestionado por el sector porque lo considera un obstáculo para la transición energética, presentaron por separado enmiendas al proyecto de ley por el que se adoptaron medidas para afrontar las consecuencias económicas y sociales derivadas de los conflictos de Ucrania y Oriente Próximo.
Fuentes de las empresas del sector coinciden con las políticas en que este impuesto debería ser cero o desaparecer porque no discrimina la generación de energía renovable, la grava y, por lo tanto, la encarece. Una posición que también defienden los socios catalanes del Gobierno, que se unen a la postura del Partido Popular, que presentó la enmienda 266 en la que considera que el tipo sólo debería ser del 7% en caso de que el sistema genere déficit de tarifa y, en caso contrario, solicita que se aplique el tipo 0%. En la actualidad, según datos de la CNMV, el superávit del sistema alcanza casi los 3.000 millones de euros.
Ahora bien, para acabar con este impuesto, los diferentes partidos políticos deberían presentar una propuesta común, pactada, porque ahora cada cual tiene la suya y presentan matices que pueden no ser insalvables. Conocida la del PP, ERC, por ejemplo, en la enmienda 21 plantea bajar el tipo
Bildu, ERC y Sumar también se posicionan frente al Gobierno y piden eliminar el incentivo a las inversiones en renovables
al 0%, al considerar que encarece artificialmente la electricidad, mientras que Junts en la enmienda 212, exige que el impuesto sea del 0%, pero al mismo tiempo estipula características de la base imponible del mismo en la enmienda 211.
Propuesta ‘fusionada’
Fuentes políticas explican que el método de acuerdo sería que PP, Junts y ERC ‘fusionaran’ su propuesta en una mediante enmienda transaccional y que esta fuera aprobada con sus votos y los de algún grupo más, ya que el PP tiene 14 votos, ERC 1 y Junts 1, lo que daría 16 votos favorables, que serían insuficientes, «por lo que Vox sería totalmente necesario en este punto», añaden.
Pero el Gobierno no solo se ha encontrado con la oposición de sus socios para la supresión del impuesto a la generación de electricidad respecto a su proyecto de ley. Precisamente, la posibilidad que preveía de incorporar incentivos a las inversiones en renovables se tornaba como un elemento que permitiría suavizar el gravamen a las energéticas, pero los grupos que se suponen más defensores de la transición energética se negaron también a apoyar las inversiones en el sector.
Así lo pusieron de manifiesto, Bildu, ERC y Sumar, en las enmiendas presentadas al texto de Real Decreto Ley 8/2023, que se tramita como proyecto de ley. Los tres grupos parlamentarios propusieron eliminar la referencia a un incentivo de aplicación al sector energético para las inversiones estratégicas que se realizaran en renovables desde el pasado 1 de enero.
ERC y Sumar propusieron directamente la eliminación de dicho incentivo, al que catalogan como una ‘subvención’ para que las empresas con un dominio de mercado jueguen con ventaja ante las empresas que quieran invertir en el sector energético; mientras que Bildu quiere la eliminación de la referencia en la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
Sin embargo, en este caso, el PP es claramente partidario de bonificaciones fiscales para las inversiones estratégicas en transición energética y así lo hizo constar en sus enmiendas.
Repsol vigila el posible efecto del ataque de Irán a Israel, que en la madrugada del 14 de abril lanzó 170 drones, 120 misiles balísticos y 30 misiles crucero sobre el país, dos semanas después de un bombardeo israelí contra el consulado iraní de Damasco. «Hemos vivido el horror de este ataque absolutamente condenable, a partir de aquí lo importante es que esto no escale y entiendo que el mercado hoy está interpretando eso», señaló ayer el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, durante su intervención en el foro ‘ Wake up, Spain!’ de El Español. «La escalada, desde el punto de vista geopolítico y humano, sería muy negativa, y también desde el punto macroeconómico. Nadie quiere una restricción de oferta del petróleo», detalló, ahondando: «La incertidumbre está ahí y espero que no haya escaladas añadidas en este conflicto».
Ayer lunes, y a pesar de lo esperado por el ataque del fin de semana, el precio del barril de Brent (el petróleo de referencia para Europa) se situaba algo menos de los 90 dólares, frente a los 90,45 dólares del cierre anterior.
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