ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Trumpismo de manual
Apesar de haber transformado su apellido en una marca comercial y política, Donald Trump no tiene el ‘copyright’ sobre el trumpismo. Con toda su tradición secular, el populismo no es tanto una ideología específica sino una forma de hacer política, susceptible de ser aplicada desde la izquierda o desde la derecha. Este contagioso ejercicio del poder pivota en torno a una serie de elementos que no por repetidos resultan menos devastadores para cualquier democracia:
–Estilo paranoico. Al definir en 1964 el estilo paranoico en la política americana, el profesor Richard Hofstadter destacó la percepción del mundo como un conflicto entre el bien y el mal, «con el agravante de que, a falta de una victoria total, esta paranoia no hace más que expandirse». Parte central de esa bipolaridad es la confrontación entre las élites malas contra el pueblo bueno.
–Liderazgo narcisista. Estos líderes, a pesar de su mendacidad, se erigen no solo como los únicos capaces de expresar la genuina voluntad popular sino también como sus sacrificados defensores. Aquellos que disienten son « cancelados » como antipatrióticos, antidemocráticos o simplemente odiadores.
–Impunidad. El poder judicial es presentado como una trama politizada y sin legitimidad, especialmente cuando actúa contra el líder populista que insiste en colocarse por encima del Estado de derecho. «No van a por mí, van a por vosotros».
–Sin filtros. El líder populista apela directamente al pueblo o la ciudadanía. No reconoce la mediación de los medios de comunicación a los que deslegitimiza calificándoles como ‘fake news’ dedicados a propagar mentiras y bulos. Paradójicamente, esta es la práctica habitual en la propaganda de este tipo de líderes, que solamente aceptan la adulación y el alineamiento.
–Democracia sentimental. Exaltación de las emociones sobre la razón. Y del caudillismo frente a instituciones tan fundamentales para una democracia como son los partidos políticos. Se gobierna desde una introversión agresiva y bajo unos parámetros tan imposibles de cuantificar como es la defensa de lo que se ama y la lucha contra lo que se odia.