PRIMERA MOCIÓN DE CENSURA
DESPUÉS DE TRES AÑOS, LA FEDERACIÓN HA VIVIDO SUMIDA EN EL CAOS IMPUESTO POR EL ANTERIOR PRESIDENTE
La vela española vivirá el día 6 de octubre uno de los momentos en los que nunca se hubiera querido llegar: una Moción de Censura. Cuando se llega a este extremo y cuando la mayoría del colectivo pide a un presidente que se vaya, es que las cosas no se están haciendo bien. La Ley del Deporte es muy beneficiosa para los presidentes que ya están dentro, y permite que cada cuatro años, cuando se forman las asambleas, estas sean muy manipulables. En este caso el elegido fue el entonces presidente de la Gallega, José Ángel Rodríguez.
Si me permiten decirlo, el control electoral en las federaciones es de risa. Las Juntas Electorales acostumbran a ser muy parciales con el que está dentro; y ya no digamos el esperpento que supone el voto por correo, en que si no se paga – Cosa que nunca se hace- el funcionario de Correos no tiene la obligación de identifica al supuesto elector, con lo que teniendo el DNI de los posibles votantes, la cosa se pone mucho más fácil. Probablemente en las últimas y en las anteriores «votó» gente que nunca sabrá que ha votado.
¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que llegado a este punto, y después de tres años en el que la Federación ha vivido sumida en el caos, gestionando a su manera la envenenada herencia dejada por el anterior presidente; Rodríguez, ahora es cuestionado por los mismos que le votaron a finales de 2012.
¿Qué habrá hecho para que esto sea así? Pues muy fácil, los recursos de los que disponía, que cada vez eran menos, más la hipoteca que suponía el Mundial 2014, tuvo que elegir entres sus intereses y los del deporte. Esta combinación ha provocado que la Federación esté sumida en la ruina total. Rodríguez ha ido durante todo este tiempo a la suya y ahora algunos de los que seguro esperaban más, quieren cobrarse su parte.
En estos tres largos años, la Federación no ha dado una a derechas. Desde Santander 2014 el equipo pre-olímpico ha divagado por el mundo como alma en pena. A medida que se acercan los Juegos de Río, en lugar de mejorar, se ha ido a peor a todos los niveles y el deportista que se ha ganado una beca pues ha podido ir tirando, pero el que no, a buscarse la vida.
Mientras tanto el sueldo del presidente, cercano a los 100.000 euros anuales, se ha seguido abonando, mientras se dejaban a los regatistas a merced de la divina providencia, clubes o el que tiene la suerte de tener algún patrocinador privado. A la vez se despedía al Director de Preparación Olímpica y al de Juveniles, alegando cuestiones tanto deportivas como extradeportivas, pero con el trasfondo estaba en haber sido críticos con la situación.
Con este panorama, Rodríguez, si hubiera tenido dignidad, ya se habría ido; pero tendrá que echarle la misma Asamblea que en su día le dio todo el poder.