Turismo sostenible
Los Arribes del Duero fronterizos con Portugal, el parque del Lago de Sanabria –con la mayor masa lacustre de origen glaciar peninsular– o la reserva de la Sierra de la Culebra, que concentra la mayor densidad mundial del lobo ibérico. Son algunos de los espacios de la provincia de Zamora que pertenecen a la Meseta Ibérica, considerada la mayor reserva de la biosfera transfronteriza de Europa y que conforma un ejemplo de patrimonio sostenible.
Son muchos los enclaves escalonados en territorio zamorano que se podrían enmarcar dentro del concepto de turismo sostenible y respetuoso con el patrimonio. Así, otro foco de naturaleza se ubica en las Lagunas de Villafáfila y su variopinta avifauna, que incluye desde pesadas avutardas hasta ánsares y otras aves migratorias que, llegadas desde países escandinavos, hibernan en la zona; o rarezas, como es el caso de un pequeño correlimos de Temminck, avistado hace un par de meses en la reserva.
Pero más allá de la riqueza natural y paisajística, el patrimonio sostenible que se ha mantenido en el tiempo en Zamora se refleja también en su vertiente artística, con templos como la iglesia visigótica de San Pedro de la Nave o las románicas de Santa María de Azogue en Benavente y la de Santa Marta de Tera, con su peculiar luz equinoccial que únicamente puede observarse al comienzo de la primavera y del otoño.
El patrimonio popular de esta provincia supone otro atractivo sostenido en el tiempo plasmado en tradiciones. Entre ellas fi-