Por castillos y calles empedradas
Castilla-La Mancha cuenta con dos Ciudades Patrimonio y un legado arquitectónico que guardan sus castillos, testigos de duras batallas
er turista en Toledo es difícil. Esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad, requiere más de un par de horas o una mañana para descubrir sus enmarañadas callejuelas en un trazado que hace imposible descubrir todo su casco viejo, cuyo emplazamiento es tan original como el de Venecia o muchas ciudades europeas. La capital regional se levanta sobre un pro-
Smontorio que abraza el río Tajo. Conocida como la Ciudad de las Tres Culturas, debido a la convivencia durante siglos de cristianos, judíos y musulmanes, la ciudad alberga dentro de sus murallas una espectacular muestra de la historia del arte español y de los pueblos que dejaron su impronta.
Y si quiere seguir disfrutando del patrimonio arquitectónico y cultural, no deje de visitar Cuenca, que se asienta entre las hoces de los ríos Júcar y Huécar. Su casco his- tórico se despliega al borde de paredes rocosas, en plena serranía de Cuenca. La catedral, las Casas Colgadas, la Plaza Mayor, los museos, conventos y las calles empedradas son un remanso de paz para quien quiera huir del estrés de la ciudad.
La región también cuenta con otras propuestas turísticas, como la ruta por los castillos, testigos silenciosos de conquistas y reconquistas en épocas antiguas. En estas fortalezas vivieron reyes, señores feudales templarios, monjes y frailes. Siglos de historia depositados piedra sobre piedra hasta conformar imponentes estructuras que hoy evocan batallas y encuentros sanguinarios. Y comenzamos este recorrido por el castillo de la localidad de Chinchilla de Montearagón (Albacete), construido en el siglo XV por el Marqués de Villena, Juan Pacheco, sobre otra fortificación árabe, en cuya cárcel estuvo preso César Borgia.
CON VALIOSAS EDIFICACIONES Y UN RICO PATRIMONIO, LA REGIÓN DIVERSIFICA SU OFERTA TURÍSTICA