‘Única’ en el norte de España
Siete procesiones recorren las calles desde el Domingo de Ramos al de Resurrección
Situada en un marco geográfico inigualable, la llegada de la primavera a esta pequeña villa de la Comarca asturiana de la Sidra, no sería la misma sin la presencia en sus calles, cargadas de historia, de la Semana Santa. Y es que, Villaviciosa vive, con pasión, la Pasión.
La Cofradía Jesús Nazareno, fundada en 1668, mantiene intacta la esencia de sus procesiones y actos religiosos y es la encargada de organizar las siete que recorren las calles de esta localidad asturiana entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección.
Declarada Fiesta de Interés Turístico del Principado de Asturias, esta Semana Santa es tradición muy arraigada en la sociedad maliayesa, que va pasando de generación en generación, a través de los más de 1.200 miembros de la cofradía.
Su patrimonio imaginero cuenta con pasos de gran belleza, obra de prestigiosos escultores como Julio Beovide, Magariños, Enrique Galarza Moreno o Manuel Ramos Corona y con policromías de varios pintores entre los que destaca una de Ignacio Zuloaga.
Una característica de estas celebraciones es su sobriedad, recogimiento y sencillez, a lo que se presta a su vez el marco incomparable de las calles más nobles de la Villa, declarada Conjunto Histórico Artístico.
Principalmente los días de Miércoles y Viernes Santo concurren en Villaviciosa miles de visitantes para presenciar el Encuentro (Miércoles) y el Descendimiento o Desenclavo (Viernes), dos verdaderos autos sacramentales, de una gran fuerza dramática.
Mucho por ver
Pero además de religiosidad Villaviciosa ofrece al visitante un entorno único, en el que pasar unos días de descanso disfrutando de su enorme riqueza natural, cultural y gastronómica. Destaca especialmente la belleza de su paisaje costero con joyas como la ría de Villaviciosa, o la famosa playa de Rodiles; sin olvidar rincones de ensueño como el pueblo marinero de Tazones, considerado uno de los más bonitos de España. Rutas de senderismo que nos llevarán a través de un viaje por el tiempo, como la de Carlos V, la del Azabache, o la de los Molinos. Un tiempo que también ha dejado su impronta en los muros de las milenarias iglesias románicas y prerrománicas sembradas en preciosos entornos rurales, con su máximo ejemplo en el conjunto monumental de Valdediós. La rica tradición culinaria también se deja sentir en Villaviciosa, con especialidades como la fabada, no en vano en unas semanas esta Villa elige ‘La Mejor Fabada del Mundo’ durante las famosas jornadas gastronómicas que rinden culto cada año a este producto tan asturiano. Y ni que decir la importancia que se le da, en estas tierras maliayas, a la cultura sidrera asturiana, presente a cada paso entre llagares (bodegas) pumaradas (plantaciones de manzanos) y sidrerías repartidas en este rincón de Asturias conocido como ‘La Capital Manzanera de España’.