"De ministra tuve que aguantar la mirada de hombres que no aceptaban mi autoridad"
Fue la ministra de Ciencia e Innovación en el Gobierno más paritario de la historia de España, el del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. A sus 56 años y con cuatro hijos, hace tiempo que ha dejado atrás su etapa de doctorado en Biología Molecular, pero su vida sigue vinculada a la ciencia.
XL. ¿Cómo recuerda la etapa de ministra?
C.G. Como uno de los mejores momentos de mi vida, pero no fue un camino de rosas. Tuve que soportar la mirada condescendiente de hombres
del equipo que no asumían la autoridad de una mujer. XL. ¿Qué opina de las cuotas?
C.G. Soy una gran defensora, la cuota es un instrumento necesario para corregir desequilibrios injustos. XL. Usted compite a diario en un mundo de hombres. C.G. Sí, y gracias a la suerte de la educación que me dieron mis padres –carrera, doctorado, idiomas y un MBA– he salido airosa. XL. Pero percibirá desigualdades. C.G. He vivido la barrera de género, una barrera a menudo invisible. XL. Deme un ejemplo. C.G. Un foro de dos días. Intervenían 15 ponentes y yo. La única mujer. Nadie se había dado cuenta del desequilibrio. Empecé mi ponencia poniendo una diapositiva de diez minutos con los nombres de todos los intervinientes e iluminé el mío, que estaba el último de la lista. XL. ¿Hay que visibilizar más esa barrera? C.G. Formamos
el 50 por ciento del talento. Si la sociedad no hace visible de forma permanente que existe un sesgo de género, que las mujeres seguimos teniendo problemas por nuestra condición de ser mujeres, es imposible atajar esta injusticia. XL. ¿Cómo ve el mundo empresarial?
C.G. Estoy cansada de ver consejos de administración sin presencia femenina. Pero también de ver a amigas de mi hija –estudia Ingeniería Biomédica– a las que no se anima a asumir los mismos riesgos que a un hombre. XL. ¿Su solución? C.G. La educación, la educación. O