ABC - XL Semanal

Contradicc­iones de los adultos.

- ALBERTO FDEZ. ARAÚJO. BARACALDO (VIZCAYA) J. DAVID COLLAZO DUBRA. GOLMAR (LARACHA, LA CORUÑA)

Soy una niña de trece años indignada con las contradicc­iones de los adultos. Desde pequeños nos machacan en las clases con que cada uno de nosotros somos únicos y capaces de todo aquello que queramos. Todos tenemos las mismas oportunida­des. Pero luego son esos mismos maestros los que derrumban nuestra supuesta igualdad. Los niños más brillantes se convierten en la luz de sus ojos, de sus clases y de sus proyectos. Al salir de clase, la cosa no mejora. En baile, las que peor lo hacen van directas a la fila de atrás. Y el día de la función aparecen doce segundos. En el fútbol, los que no meten goles, al banquillo. Pero eso sí, niños, no debéis olvidar lo importante que es que hagáis deporte. Sería más coherente que desde el primer momento nos dijeran que no somos iguales. Que cada uno tiene sus aptitudes y que muchas ni siquiera se intuyen en la escuela. Que lo importante es conocernos a nosotros mismos para detectar nuestras capacidade­s. Y en ese proceso es donde ellos deberían ayudarnos. A todos. A los que brillan por su inteligenc­ia en la escuela y a aquellos cuyo talento todavía no se ha descubiert­o. REBECA C. L. ZARAGOZA los problemas de los demás, creo que cambiaría el penoso panorama social que hoy asola España. JAVIER RÁEZ RUIZ. ÚBEDA (JAÉN)

No es país para mansos...

Consummatu­m est? Pues a Rajoy y a casi 1300 cargos de su partido acaban de darles un sobresalto de desfibrila­dor. Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y exjugador del Estudiante­s, encestó una de tres en el último minuto a pase magistral del escolta PNV. Muy poco sólido tenía que ser ese gobierno para que el partido jeltzale, que bastante tiene con gestionar el País Vasco, pueda hacer de verduguill­o en una faena de tanto trapío con tan solo cinco 'razones'. Nunca un nuevo presidente gobernará con tan pocos apoyos. Llegó el momento del frente a frente, y fue entonces cuando el huracán portavoz popular comenzó a vomitar lava apocalípti­ca y latigazos dialéctico­s. Lamentable­mente, fue lo más aplaudido desde su bancada. Hubo recriminac­iones de deslealtad, cuando no traición. En política, como en la vida, unas veces se gana y otras se pierde. Lo realmente importante es no pervertir los modos y la dignidad: el señor portavoz no lo entendió así. No solo la corrupción económica irrefrenab­le, que también, desbordó finalmente la presa, sino los recortes salvajes de aquí y allá que no necesitan ser reiterados. Relaciones rocosas, inmóviles y sordomudas con quienes piensan diferente. Agravios con nombre de 0,25 por ciento. ¡De momento, bien!, gritaba uno que caía desde un décimo piso. Veremos…

Es de esos momentos

A veces te encuentras con momentos, acciones o palabras que hacen aflorar algo especial en tu interior. Uno de estos momentos lo protagoniz­a una vecina de la aldea en la que vivo. Esta mujer, ya cercana a los setenta y con una gran vitalidad, ha tenido desde siempre una discapacid­ad intelectua­l y es como una niña de cuatro años. Mi madre suele recordar que una vez, hablando de viajes entre ella y otros vecinos y vecinas, esta mujer se acordó de sus padres, que murieron hace más de diez años. «Pues mis padres me dijeron que cuando murieran me iban a escribir una carta desde allá, pero no se deben de acordar, porque aún no me la enviaron». Su comentario dejó a todos perplejos. A mí me encantó. Va desde la inocencia, la ternura, la esperanza y la fe. Es un mensaje inmaculado, simple y a la vez potente. Es de esas 'cosas' que te hacen ver más allá de un espacio y tiempo que parece tan hermético y trazado.

Por qué la he premiado… Por la lección de sentido común, tan lúcida y tan inesperada para alguno, segurament­e.

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