Ya está puesto el nivel
Siento una triste alegría por la dimisión, más bien cese, del ya exministro de Cultura Màxim Huerta. La verdad, no me gustó su nombramiento: a mi mente venían otros nombres. Pero, con lo que estamos viendo, no me extraña que con un prestigio consolidado y la vida resuelta nadie con dos dedos de frente se meta en berenjenales. Todos guardamos un muerto en el armario. Tengo muy claro que este Gobierno ha dejado el listón muy alto. Veinticuatro horas es lo que