Horarios
La Comisión Europea, a partir de un sondeo on-line en el que dos terceras partes de los participantes eran alemanes, ha concluido que los ciudadanos estamos hasta las narices de tener que andar retrasando y adelantando el reloj cada seis meses. La muestra será discutiblemente representativa, pero el resultado es aplastante y parece que conducirá a una nueva unanimidad europea. Aprovechando la ocasión, los españoles inauguramos una nueva discordia, en torno a la necesidad de mantenernos en el huso horario actual –el de los alemanes, justamente– o adoptar otro, cuestión de la que emergen una vez más nuestras disonancias. Ante la disparidad de intereses entre los territorios más occidentales y los más orientales, la conflagración está servida. Nombrarán a unos expertos. Pobrecillos.