ADICCIONES
EMBELESADA SHOPPER DE UNA CONFESIONES
Una despechada Evita Caño recorre Tefaf , la feria de antigüedades de Maastricht, rodeada de su habitual halo de lujo.
note”, dijo Bob Marley en una entrevista. No sé por qué esta frase me viene a la cabeza ahora, precisamente en Maastricht, paseando por la feria de antigüedades y arte más increíble del mundo: Tefaf . Quizá porque las preciosidades del pasado tienen más alma si las comparamos con las de hoy. Pero entre nosotros, he venido a Holanda con la maleta flexible X-cross de Jonathan Anderson para Loewe , y no puedo imaginarme haciendo este viaje con un maletón de madera y tachuelas de los antigüos. En este evento único se exhiben todas las piezas inimaginables por las que los museos se cortarían las venas. Vamos, lo mismo que les ocurriría a todas las novias al ver la alianza de Cartier que Segismundo (ya no es mi Segis , he perdido el título de propiedad) puso en el anular de Mariví Dilla Agotante el día de su boda: dos semanas, 14 horas y 37 minutos después de que dejáramos nuestra eterna relación. Lo comprobé en el Royal Oak Automatic de Audemars Piguet que tuve a bien no devolverle cuando rompimos. Pero él ya es el pasado; he destrozado su memoria con los tacones de mis sandalias abotinadas de Adolfo Domínguez , bailando Ay, qué dolor de Los Chunguitos. En cuanto a sus fotos, después de pasarlas por una trituradora, metí los restos en una cajita, la guardé
con cuidado en mi bolso
para que tu presencia se
sienta, sino para que tu ausencia se
Palermo de Purificación García , tan rosa como la vida misma que disfruto, y sin despecho los tiré al estanque de El Retiro, para ver si los patos aceptan a un ganso como él. Estoy tan contenta de estar en Maastricht que hasta las tanzanitas de mis pendientes de Montejo parecen tintinear al ritmo de mis pasos. A la primera que vi fue a Elba Benítez , que se estrenaba allí con su galería, la encontré tan boyante como moi ; celebraba haber seguido mis consejos sobre las sandalias de Massimo Dutti que le recomendé: son divinas, enganchan y traen suerte. Entre las casualidades, al ver Los labios de Mae West de Dalí descubrí que tienen el mismo rojo que mi barra de labios Shine Lover de Lancôme . Demostrado: ¡soy una obra de arte! Los Botticelli o Bourgeois están tan al alcance de la mano como el Breguet Classique Tourbillon Extra-plat Automatique que lleva Koert Harmenszoon van Rijn (a Segis casado, holandés amarrado), burbujeante, fresco e incomparable como el champagne Bonnaire . Dice ser descendiente directo de Rembrandt ... No lo sé, pero yo lo enmarcaría (para que no se me convierta en errante) en la pared de mi dormitorio. La cosa promete. ( continuará )
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