PALAZZO PARISIEN
El arquitecto Joseph Dirand ha replicado la simplicidad del estilo italiano del XVII en su hôtel de París.
italiano del la simplicidad del estilo Dirand trató de replicar base clásica, El arquitecto Joseph se asienta sobre una
París. Aquí el minimalismo colecciona desde su juventud. XVII en su casa de modernos que
y muebles de maestros arte contemporáneo
“Rehice la casa con estucos, grandes
clásica puertas y parqué de Versalles. Es y grandiosa, pero sencilla y pura”.
JOSEPH DIRAND
no es un proyecto ni un laboratorio de ideas, es mi hogar. He querido crear un lugar generoso, confortable, luminoso, lógico y que refleje quién soy hoy en día. Sería incapaz de reproducirlo para otra persona”, comienza Joseph Dirand, el arquitecto más prolífico y solicitado de la escena parisina, con su toque tan francés pero tan limpio, que ha dejado estampado en las boutiques de Balmain o Givenchy y en restaurantes cono Le Flandrin o Monsieur Bleu . Hace un año se mudó a esta casa en el 7e arrondissement , un barrio que ahora le encanta: “Es como un pueblo pero superchic y vivimos a 50 metros del Sena”, dice. “En París casi todos los apartamentos son haussmanianos y yo ya no puedo más con este estilo. No me gusta su distribución en L y me he cansado del bourgeois parisien . Entonces alguien me habló de éste. Tenía un aire grandioso y clásico, que era justo lo que quería, pero también más antiguo”, recuerda Dirand. Se trata de un edificio del XVII, un hôtel particulier con una fachada sencilla de piedra. Después de visitar el primer piso y llevarse una gran decepción por lo ruidoso, desagradable y oscuro que era, se enamoró de la segunda planta. “Era perfecta: su tamaño, la proporción de sus habitaciones, su luz, sus techos de cuatro metros de altura para mi enorme cuadro de Thomas Houseago... Solo tenía una pega: no quedaba ni un solo elemento original, algo abominable”, continúa. Se propuso devolver a estos 200 m el esplendor de antaño y lo rehizo entero: ventanas, contraventanas
2 y postigos, suelos, techos, marcos de las puertas, cornisa... “He sido respetuoso, es decir, tradicional dentro de la pureza. Busqué en libros de arquitectura italiana del XVII y decidí que las paredes fueran lisas y que únicamente hubiera un frontón en las puertas para que no quedaran desproporcionadas en altura. Me decanté por el marmorino , un tipo de estuco pigmentado que se utilizaba en los palazzos : blanco para el salón; gris cálido para la entrada y la cocina, y beige pálido para el dormitorio”. Para completar, un parqué de carrés tipo Versalles en las habitaciones nobles y un baño revestido de mármol Paonazzetto, con venas grises, tierra y verdes. La decoración refleja su vida. “Colecciono muebles de arquitecto desde muy pequeño. Con 18 años compré unas sillas de Jean Prouvé por 50 euros cada una. Aquí están las piezas que amo y he ido acumulando, todas tienen un valor sentimental y una historia propia. Como el taburete Cube de Le Corbusier, simple pero pujante históricamente, o la lámpara Potence de Prouvé, que expresa la función sin la forma. No las adquiero porque sean bonitas sino porque son brillantes y extraordinarias. El mejor diseño es el menor posible –afirma–. Y lo mismo con el arte: me inicié pronto y compro regularmente. Me gusta el minimalista, el abstracto y el Povera ”. El apartamento desprende una belleza relajada, como si siempre hubiera sido así y la intervención de Dirand fuese casi imperceptible. “La única pequeña frustración es que no estaba en venta, vivo de alquiler, pero he pactado con el propietario para que no me eche nunca. Aquí soy extremadamente feliz”, concluye.
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