Cambia de casa
iempre que vuelvo de las vacaciones fantaseo con cambiar de casa. Viajar y conocer
otras ciudades, hoteles, restaurantes y tiendas me llena la cabeza de nuevas ideas sobre cómo me gustaría vivir. No hablo del codiciado ático con terraza, me refiero a pequeños pero grandiosos vuelcos domésticos. A veces un color, una pieza o tirar lo
inservible bastan para dejar el piso como recién estrenado. Otras se monta la gran revolución, como cuando mueves el sofá de sitio y el resto de muebles desafina en la nueva distribución. Lo cierto es que en septiembre
me apetece mudarme a mi propio (pero nuevo) apartamento. Al igual que una planta necesita poda y
abono, o que tu armario añade tendencias cada temporada, tu refugio habitual también pide a gritos mimos y algún ‘lifting’. ¿Cómo no va a querer cambiar si
tu vida también cambia? Cada etapa necesita una escenografía distinta. Y ya que te pones, desinhíbete,
saca lo mejor que hay en ti, atrévete a descubrirte. Perpetra ese tipo de cosas que te parecen una locura: tus dominios siempre son una ocasión especial. En mi caso, es el momento de añadir una librería vista en la isla de
la cocina, no para llenarla de manuales de recetas (como buen valenciano solo me gusta hacer paella y arroz al horno, y me salen muy bien), sino para novelas y libros de fotografía. Es un espacio muerto que pide un boca a boca. La buena decoración es de los valientes, como los dueños de las casas que hemos elegido para
este número bajo el título ‘Estilo audaz’. ¿Necesitas más motivos para lanzarte?
los fotógrafos Phillipe Milton, gallegos ellos a pesar de su nombre, con el estilista para disparar nuestro Zoom más italiano. “Una botella de Campari nos ayudó a superar la sesión, que acabó a las tantas”, confiesa Pete. Otros que trabajaron con nocturnidad y alevosía en los Madriles son y
Nuria Menoyo,
Blas, Daniel Schäfer
Paco de