Hay un futuro mejor
Y está en AD. En este número especial ‘Futuribles’ ampliamos horizontes y te avanzamos las claves decorativas que vendrán para que empieces a disfrutarlas ya. ¿Cómo es la casa moderna?, nos hemos preguntado. Por suerte no se parece en nada al frío rascacielos de cristal hipertecnológico que todos imaginábamos de niños, es más, para vivir feliz en ella se requiere apagar el móvil nada más entrar por la puerta. El entorno habitable que dibujamos en AD es más natural, plácido, amigable, lleno de transiciones fluidas y colores suaves. Si Frank Lloyd Wright (todo un visionario), allá por los años 20, promulgó la unión de la cocina, el comedor y el salón en sus viviendas, el reto ahora es que todos los espacios –dormitorio incluido– sean accesibles y abiertos, envueltos en maderas y otros materiales de la tierra. La cocina, en el centro del hogar, es un taller y un oasis verde (las plantas, inquilinas fijas), y el comedor, sin marcar frontera, sigue sus reglas. El salón es flexible, un patio de juegos donde crear distintas escenografías. El baño, un ‘spa’ dentro de la habitación. ¿Y los muebles? Pocos y muy cálidos, como los que proponen los nuevos diseñadores escandinavos. Es un interior que proporciona calma, que atrae y acoge, como los que proyectaban Le Corbusier o Aalto (a veces para avanzar hay que mirar al pasado, y de ambos te damos ejemplos en este AD). Si aún no vives en una casa así, quizá no tardes mucho: las grandes revoluciones domésticas llegan sin hacer ruido.
este número lo evidenciamos. nuestro alquimista
supremo (o sea, el boss), y rastreador de piedras filosofales (o sea, el fotógrafo), viajaron a Helsinki para demostrar que el gran fue tan rompedor como tradicional en su época y que lo sigue siendo en la nuestra
Alvar Aalto