CRÓNICAS DE UN DANDY MODERNO
“Hace falta beber mucho champagne para llevar las lentejas a casa”, me dijo una vez un colega, periodista también, con mucho oficio y mucha noche a las espaldas. No sabemos si es una cita literal de algún ilustre columnista o uno de esos anónimos populares que corren por las redacciones del lujo. Y es que en este duro oficio de cronista de la elegancia, la esquizofrenia mental es imprescindible. Hay que sumergirse en los entresijos del glamour para después contarlo entre el papeleo y las prisas de una oficina. Me presento. Bon vivant, espectador de todo lo bueno, rastreador de tendencias, dandy contemporáneo y sibarita de la belleza. Ese soy yo. Permítanme que no dé nombres, empezando por el mío. La discrección es un grado en mi trabajo. Encaro este gélido día del mes de enero con una cuesta que no es tal. Ginebra en mano, y no cualquiera, sino la exquisita y nueva Star of Bombay, me zambullo en la ducha y en el 2016 dispuesto a cotillear todo lo cotilleable antes de poner un pie en la calle. Como primera medida recurro al espectacular reloj Fifty Fathoms de Blancpain, que vuelve a su diseño original de hace 60 años, para saber la hora exacta. Las 11:40, me muestra con precisión suiza, nunca mejor dicho. Momento perfecto, pienso yo, para acudir a una presentación con mis flamantes New Balance M998 DBR, tan estéticas como la arquitectura americana de los 50 y 60 en la que están inpiradas. Miu Miu lanza su perfume pionero. Su envase, inspirado en el acolchado de los bolsos de la marca, parece tan real que dan ganas de hin-
carle el diente. Mi taxista de cabecera, Sebastián, aparece al instante en el portal de mi casa dispuesto a llevarme a la parte noble de Madrid e informarme de los últimos acontecimientos del mundo rosa. Cada uno tiene sus fuentes. En el ambiente olfateo el aroma de Angel Estrella Inmaculada de Thierry Mugler o, lo que es lo mismo, huelo a mujer con clase viajando con el frasco joya de la nueva fragancia en el bolso. “Es que he llevado a fulanita de tal—me aclara—, que además es generosísima. A ver cuándo se estira usted con las propinas y me da para el último Lexus , el RX 450h, que eso es tracción y lo demás tonterías”. Bajo el cristal y me pongo las gafas de sol no bien oteo la calle Ortega y Gasset. Allí está Hermès y los impresionantes brazaletes esmaltados que nos enseñaron en primicia la semana pasada. Pasa una privilegiada de la vida con un Rolex Datejust Pearlmaster de oro blanco con bisel engastado de zafiros (¡guau!) y, al abrir la puerta, diviso a la marquesa de Z con sus zapatos florales de CH Carolina Herrera y una mochila minimalista de Adolfo Domínguez para hacer contraste. Parece que el cambio de marido ha beneficiado su armario aunque no su cutis. Ya en el local de Miu Miu me apercibo del espectacular anillo de oro amarillo Duo Spirale de Dinh Van en el dedo de la novia de un futbolista. Ojalá indique boda a la vista. Que ya son horas. (continuará)
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