Maestros de obra
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continúa apoyando la exposición de arquitectura más importante del mundo como oficial de la La relación no es nueva. Igual que fabrica relojes con excelencia, también diseña y erige sus propias construcciones. Las últimas: una torre en Dallas (Texas) por Kengo Kuma y un edificio en Milán obra de Studio Albini. Pero su vinculación con las artes no acaba aquí. Mediante su programa de mecenazgo Mentor y Discípulo, creado en 2002, cada temporada un representante internacional destacado de una disciplina selecciona a un protegido y pasa con él un año trabajando en estrecho contacto. David Hockney en artes visuales, Martin Scorsese en cine, Mario Vargas Llosa en literatura y nombres como Álvaro Siza, Kazuyo Sejima o Peter Zumthor en arquitectura, han ejercido de maestros. Este último escogió el año pasado a la paraguaya Gloria Cabral. Juntos –a pesar de sus diferencias, desde el idioma a la edad, se veía entre ellos una enorme conexión– han proyectado una capilla de té en Namyang (Corea del Sur) hecha de madera. Esta edición es el turno del británico David Chipperfield. Su elección ha sido el joven suizo Simon Kretz por sus proyectos para mejorar el entorno urbano, una inclinación que comparten. “Sin el estímulo e interés de mis profesores quizá nunca me habría desafiado a mí mismo o hubiera tenido la confianza para imaginar o soñar”, afirma Chipperfield, y Kretz añade: “Solo alguien como él puede llevarme a un nivel superior en el pensamiento del diseño”.