“Parece una FÁBRICA con sus paredes de LADRILLO visto y sus techos de cemento EN BRUTO”.
JEAN-MARC LEDERMAN
acido en París, Jean-marc Lederman dejó la facultad de Arquitectura a mitad de carrera para convertirse en un reconocido fotógrafo de moda. En 1992, atraído por los cambios políticos que estaban desarrollándose en Sudáfrica, decidió, junto con su novia modelo, visitar Ciudad del Cabo. “Nos enamoramos del país y de la ciudad, de la gente, la luz y, como buenos franceses, de sus estupendos vinos y gastronomía. Al mismo tiempo nuestra carrera empezó a despuntar. Publicábamos en todas las grandes revistas de moda a nivel internacional y nos llamaban para fotografiar importantes campañas de publicidad”, cuenta Lederman. En 1994 se instalaron definitivamente en la urbe, abrieron un café parisino y comenzaron a importar objetos de Mali y Marruecos. “Sudáfrica era un país nuevo donde era fácil inventarse un negocio. Había mucha demanda de muebles europeos, africanos y asiáticos”, recuerda. Los primeros años vivieron en distintas casas porque no encontraban su sitio definitivo. Desde la última de ellas, una construcción alquilada a pie de playa, se veía la que hoy es su hogar, en la cima de una colina cerca de la Table Mountain, la mítica montaña sudafricana. “Todas las mañanas me quedaba mirándola, tenía algo que me atrapaba, además de su perfecta ubicación. Quizá de tanto observarla conseguí atraerla y ella a mí”. El edificio, construido en la década de los 70, contaba originalmente con una sola planta. Como antiguo estudiante de arquitectura, Jean-marc