“Quería una RELACIÓN sin límites entre interior y exterior. TENER la sensación de estar en MITAD del campo”.
Antonio garcía-ruiz
sensación de estar en mitad del campo. Por eso elegí materiales sencillos que aportasen tranquilidad y serenidad, que se integrasen bien con las vistas de la sierra, sin agredirla, dando la sensación de que la casa es un espejismo en medio de los olivares. Las cristaleras dejan pasar la luz natural a cualquier hora del día reflejándose en las paredes e inundando todos los rincones. Para mí es muy importante”. Para multiplicar esa sensación de claridad, el blanco lo baña todo pero salpicado de los colores primarios de piezas de arte contemporáneo. “Entre ellas hay algunos nombres importantes como Damien Hirst y también muchos locales. Las hemos ido comprando en galerías o directamente a amigos”, cuenta. La decoración es como la propia construcción, serena y equilibrada, sin demasiados aspavientos. Antonio apostó por muebles de grandes diseñadores clásicos de mediados del siglo pasado como Charles y Ray Eames, Eileen Gray o Eero Saarinen. Junto a ellos colocó nuevos clásicos de finales del XX y principios del XXI como Philippe Starck, Patricia Urquiola o Marc Newson. Pero si para el propietario la arquitectura y el mobiliario son importantes más lo son las cuatro hectáreas del exterior, con los olivos al sur y los árboles frutales y la huerta al norte. No en vano, su despacho Aa también está especializado en proyectos de paisajismo. “Jugamos con la vegetación autóctona para reducir el mantenimiento al máximo y utilizamos grava para conservar la humedad”, explica. Delante, preside la escena una piscina revestida de pizarra. Una vez más, los tonos primarios juegan en este espacio un papel fundamental. Como si fueran parte de un cuadro, muros y suelos pintados de llamativos rosas o amarillos conforman composiciones teatrales con las que se abraza el verde de los árboles. El resultado es un conjunto de rincones pensados para trabajar, relajarse y disfrutar de la familia y los buenos amigos en una conversación alejada de las grandes fiestas. Un refugio en medio del paraíso.
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