Extraña diseño británico. Colorista sensibilidad moderna
Bethan Laura Wood es la cara de la nueva generación del e imprevisible, aplica una a técnicas artesanales. REALIZACIÓN: ISABEL MARGALEJO
s FOTOS: CARLOS ALBA
ería curioso saber qué comentan los rudos obreros que trajinan en este parque industrial al noroeste de Londres cuando ven llegar a esta mujer multicolor. La diseñadora Bethan Laura Wood tiene su estudio en una nave, compartida por otros nombres emergentes, y aunque los habitantes de la capital británica están acostumbrados a grandes dosis de exotismo, ella las excede todas. “Siempre he sido creativa de una forma u otra”, se ríe, y explica que ya en el colegio empezó a vestir de la manera en que lo hace, superponiendo tonos, estampados y capas, de caftanes marroquíes a punto de Missoni. La encontramos en plena producción de uno de sus proyectos, escaparates para Hermès, un mundo submarino de plástico que varias ayudantes tintan a mano en unas ollas. No es una novata, en 2014 ya produjo para la firma los de Navidad a base de frutas inmensas. Tras regalarnos unas poses para los retratos, pasamos a su despacho. Bethan (a quien sus padres llaman Laura) nació en una ciudad pequeña y tranquila de los Midlands. “Desde pequeña me gustaba hacer cosas y en secundaria me empezaron a interesar los objetos tridimensionales. Un profesor fantástico, Mr. Roberts, me dejaba usar las herramientas eléctricas, trabajar con metales...”, cuenta. Pronto se trazó un objetivo vital: Londres. “A principios de los 90 vi un documental de la BBC sobre el Royal College of Arts y quería apuntarme a todos los cursos. Pero antes necesitaba tener una base”. Eligió Brighton para estudiar. “Es potente mezclando diseño industrial con artesanía y tiene un buen departamento de diseño gráfico”. Durante toda nuestra conversación tintinean sus pulseras en la mesa y me cuesta apartar los ojos de sus cejas rosas y de sus pendientes de
y a ver perspectiva”. las cosas bajo mi propia
lentejuelas verdes. Tras tres años, dió el salto a la capital. Entrar en el RCA es un rito iniciático. Exigen un portfolio, una entrevista y una larga espera. “Recuerdo mi entrevista con Ron Arad, era su penúltimo año como director. Fue terrible porque no paraba de cuestionarme todo. Me sentí tan patética que al salir me eché a llorar. Varios estudiantes me recogieron y me llevaron a emborracharme al bar”, rememora con humor y muchas onomatopeyas. Fue admitida en el máster y allí, con tutores como Martino Gamper y Jurgen Bey, encontró su camino. “Me enseñaron a usar mi mundo de color y estampados en mi trabajo y a ver siempre las cosas bajo mi propia perspectiva”. Alumna aventajada, al acabar, en 2009, encadenó residencias, exhibiciones y premios. Nina Yashar compró parte de sus colecciones Moonrock y Particule, muebles con una modernísima manera de entender la marquetería a base de laminado, y así, con veintitantos años, se encontró jugando en la primerísima liga del diseño, vendiendo en la todopoderosa galería milanesa Nilufar y mostrando sus piezas en Designmiami (donde por cierto ganó el Designer of the Future Award 2013). Wood ha centrado hasta la fecha su carrera en pequeñas series o piezas a medida, aunque en el último Salone de Milán presentó su primer producto industrial: jarrones de cerámica para Bitossi. En realidad es una manera de entender la profesión, a pequeña escala, siempre probando, investigando. De hecho, tras el London Design Festival (donde nuevamente fue premiada como talento emergente) salía camino de otra residencia en Groninga, Holanda. Seguramente, allí plantará el germen de algún nuevo proyecto. esos que luego cuenta a sus alumnos de la ECAL, la escuela suiza más importante de diseño, donde imparte un seminario sobre el lujo. “Con los años (ahora tiene 32) tu confianza crece pero aún sigo aprendiendo. Si crees que ya lo sabes todo, estás muerto”. Y ella es, créanme, pura vida. www.bethanlaurawood.com