CHICA POLÍTICA
Todo parte de una idea y de los materiales que le dan forma. Elena Bajo, el último Premio Audemars Piguet de Arcomadrid, es una anarquista del arte que provoca para ser escuchada.
Elena Bajo, nuevo premio Audemars Piguet de Arcomadrid, es una provocadora que quiere ser escuchada.
Cree que los seres humanos somos políticos por naturaleza y que la preocupación medioambiental es tan íntima como cualquiera de los temas que sobrevuelan uno de sus referentes, el mítico El Principito de Saint-exupéry. La amistad, la nostalgia o el amor tienen la misma jerarquía que la conciencia ecológica para Elena Bajo. Quizá por eso sus instalaciones, películas, textos, performances y esculturas, porque de todo hay en su trayectoria, son llamadas de atención reivindicativas, teóricas, anárquicas, metafísicas, poéticas y provocadoras. “Los temas son universales pero también personales e individuales. Los artistas, aparte de trabajar en el campo de la estética, lo hacemos en el de las ideas, como los científicos, los escritores o los historiadores”, afirma. Elena nació en Madrid hace 40 años aunque se mueve desde hace tiempo entre dos ciudades aparentemente opuestas: Los Ángeles y Berlín, aunque su galería, García, está en su ciudad. “Decidí salir de España en 1999. Me fui a Manhattan para pasar una semana de vacaciones y sentí que allí podía liberarme de lo que mi familia y mi ambiente esperaban de mí. Fuera de tu país nadie te conoce y eres libre, vuelves a nacer. Eso me permitió empezar a crear en serio”. Estudió primero Arquitectura en Barcelona y después Arte en la Saint Martins School de Londres antes de cofundar en California D’CLUB (Divestment Club), una plataforma muy activa en
temas de sostenibilidad. Sus piezas parten siempre de un pensamiento, pero después los materiales que elige le dan la pauta. “El intelectual Timothy Morton bautiza a los que se salen de la escala humana y no son tangibles como hiperobjetos, y el plástico es un ejemplo de ellos”, nos dice. Gracias a él, y enlazando con un artículo de periódico en el que se hablaba de una ballena muerta repleta de bolsas de basura, construyó la pieza que ha ganado el premio que otorga la firma relojera Audemars Piguet en Arcomadrid 2017, uno de los bombazos de la feria. “No me importan los soportes que tenga que utilizar para perseguir una idea, los busco y los uso”. La piedra, la madera y el poliuretano se llenan, tras pasar por sus manos, de una gran carga lírica. “Los dos elementos principales de mi trabajo son la sorpresa y el azar”, aclara. Porque Elena cree que el arte debe funcionar como despertador. “Los pájaros machos se inventan cada primavera una canción nueva para atraer a sus hembras, nunca repiten. Ese es mi reto artístico: encontrar una forma diferente de expresar lo mismo de siempre y que la gente lo oiga. El exceso de información nos ha vuelto a todos sordos. Cómo despertar el oído de los que ven mi obra para que presten atención, cómo hacer llegar el mensaje. De eso va lo que hago”. www.elenabajo.com, www.audemarspiguet.com
“Mi reto es encontrar una diferente forma de contar lo mismo de siempre gente y que la lo oiga”. elena bajo