LOS TRES CHIFLADOS
Optimistas, funcionales y juguetones. Así son los objetos del estudio Big-game, un trío de diseñadores afincados en Lausana que admiran la modernidad de Le Corbusier y las piezas inteligentes de Achille Castiglioni. La risa sigue a la función.
Optimistas, funcionales y juguetones. Así son Big-game, un trío de diseñadores con sede en Lausana.
El tiempo es lo más importante que hay. Poder hacer algo que te apasiona o estar con alguien a quien quieres es el mayor lujo que existe. Por eso un reloj es una herramienta maravillosa que te permite atrapar esa noción intangible”. Los que hablan son un francés (Augustin Scott de Martinville), un belga (Elric Petit) y un suizo (Grégoire Jeanmonod). No es el comienzo de un chiste sino la nacionalidad de los miembros de Big-game, un colectivo afincado en el país helvético que desde 2005 llenan el mundo de objetos funcionales, coloristas y juguetones. Y que acaban de firmar el reloj de edición limitada True Phospo para Rado, una caja de cerámica negra con una esfera perforada tan minimalista e inesperada como todo lo que tocan. “Nos encanta el contraste entre la cerámica de color negro mate y el revestimiento fosforescente de esta pieza”, explican. El trío se conoció en ECAL (École cantonale d’art de Lausanne). “Éramos compañeros de clase y compartíamos una misma obsesión por los diseños simples y optimistas. En 2005 alquilamos un stand en el Salonesatellite de Milán para exponer nuestras creaciones comunes y todavía seguimos trabajando juntos”, nos cuentan. De sus manos han salido falsos trofeos de caza (Moose, 2005), sillas poco ortodoxas (Bold, 2008, que ya está en la colección permanente del
MOMA) o contenedores como Cargo para Alessi. Editoras tan significativas como Hay, Habitat, Magis, Moustache, la española AOO y la prestigiosa Galerie Kreo de París, están entre sus clientes. “Nos gustan los muebles prácticos capaces de hacer el día a día más agradable. El sentido del humor es fundamental en nuestra obra y en nuestra vida. El director de ECAL, Pierre Keller, siempre decía: ‘Trabajad con seriedad pero nunca os toméis en serio”. Corcho, cristal, madera, aluminio... Les fascina cualquier material si es coherente con lo que están bocetando y entre sus fuentes de inspiración, la arquitectura racionalista de Le Corbusier o Jean Prouvé, el diseño gráfico de la escuela suiza, el dibujo Ligne Claire belga que practicaba Hergé en sus viñetas y Achille Castiglioni. “Sus creaciones ingeniosas y divertidas son una referencia”, explican. Creen que lo mejor de su profesión es la variedad. “De una silla a un aparato electrónico, todo vale, no nos aburrimos”, confiesan. Además, los tres son profesores de la institución donde se graduaron. “Es un gran espacio de aprendizaje donde lo pasamos en grande, aunque cada vez tenemos menos tiempo”, concretan. En su futuro próximo, mobiliario para firmas japonesas y danesas, menaje en Francia e ítems para niños en Italia. De tal escuela, tales astillas. www.big-game.ch