Vintage upciclyng.
“Soy ecléctico y me gusta el Recupero elementos y les doy vida en contextos distintos para los que fueron pensados”. MIKEL IRASTORZA
veces para crear no hace falta destruir. En este apartamento de 103 m2 en L’eixample, el interiorista Mikel Irastorza ha reconvertido una antigua clínica de toreros con mucha tradición en su segunda residencia. “Soy ecléctico y me gusta el upciclyng. Recupero elementos vintage y les doy vida en contextos distintos para los que fueron pensados”, cuenta. Pese a que ya poseía un estudio en el Barrio Gótico de la Ciudad Condal, hace dos años, el ruido y las fiestas obligaron al donostiarra a hacer las maletas e instalarse en pleno distrito de San Antoni. Lo que le incitó a comprar la casa fueron los elementos modernistas del inmueble del XIX, su ubicación y toda la historia que traía consigo. En el año que duraron las obras, de forma coherente, tiró un tabique, convirtiendo dos antiguas habitaciones en el salón y recuperó los elementos originales: las molduras de los techos, los azulejos, las puertas y las ventanas; y aunque el suelo no se pudo rescatar, los hidráulicos de la cocina imitan los típicos de esta zona de Barcelona, en armonía con el resto de los materiales. “Intento respetar la identidad de los edificios en los que intervengo y lo que pueda proyectar tiene que ensalzar su propia personalidad”, aclara. En las paredes, el equilibrio entre grises y azulados, y marrones y dorados se opone a la riqueza de los elementos decorativos. “La mezcla de diferentes épocas me ayuda a conseguir interiores más personales –relata–. Mi predilecta es el midcentury modern, por su sencillez y funcionalidad y, sobre todo, por su introducción de elementos de producción industrial, que hizo asequible la decoración a un gran segmento de la sociedad del momento y que, de alguna forma, democratizó el diseño”. Su trabajo le lleva a recorrer medio mundo y la decoración es un combinado de objetos anónimos rescatados en mercados de pulgas. “En mis viajes aprovecho para adquirir piezas de Alemania, Francia, o alfombras de Marruecos, y mi crush, sin duda, serían las dos butacas francesas de los 50 del salón y las obras del alemán Georg Karl Pfahler –confiesa–. Viajar continuamente me permite contraponer, valorar y anticipar tendencias que se desarrollan en el mundo del diseño. Aunque se percibe una inclinación hacia el glamour y el lujo, me cuesta creer, viendo la actitud y forma de vida de la gente joven tanto en Europa como en América, que sea una propensión que vaya a perdurar en el tiempo”. Siguiendo esta lógica, el decorador ha optado por un espacio comedido de todo tipo de excesos. www.mikelirastorza.com