¡tienen premio!
Nunca he ganado un premio (económico o espiritual). No me quejo, los juegos de azar me han dejado de lado, pero la alegría de que los que no son reciban otros compensa, más si se trata de los Premios AD, cuestión de suerte, sino de talento. Os resumiré su historia: en 2006, cuando lanzamos la revista, creamos un certamen para destacar la mejor creatividad española, ilustres poseedores de un don que hay que distinguir, estimular y, a ser posible, contagiar. Tuvimos y tenemos dejan huella e innovan en la belleza, el afán de honrar cada año a quienes haciendo del bienestar una forma de vida. Nos rodeamos del mejor jurado: profesionales del sector, periodistas especializados, estetas irredentos (¡gracias a todos los que habéis pasado por aquí!)... y les pedimos una terna de nombres cuya innovación y audacia merezca el trofeo AD y llevar el título de Interiorista, Diseñador/a o Arquitecto/a del Año. Tomamos café, cada uno hace una defensa encendida de sus favoritos, nos peleamos (solo verbalmente) De esas fértiles deliberaciones y votamos. han surgido más de 50 galardonados en 12 ediciones, y otros tantos Premios Especiales elegidos por la Redacción entre grandes figuras internacionales.
Eva Prats y Ricardo Flores, Os presento el pódium de 2018: Arquitectos del Año, por hacer de la rehabilitación un arte y recuperar la memoria del pasado de los edificios de una forma casi artesanal con Xavier Mañosa, su trabajo. Diseñador del Año, que revolucionó el taller de cerámica familiar mezclando lo manual y lo industrial. Pepe Leal, Interiorista del Año, y sus pilares para cimentar espacios disfrutones: el color, la mezcla y el buen rollo. A ellos se suma el John Pawson, Premio Especial, apóstol del vacío, por patentar el minimalismo en arquitectura y rodearnos de luz y reflexión. Y el Premio ‘Campari’ al Nuevo Talento, junto al que ponemos el foco en un hacer inesperado, como el sabor de un buen Negroni. Esta edición, Casa Josephine, el joven estudio de interiorismo de Íñigo Aragón y Pablo López, con su capacidad de abrir nuevos caminos estéticos, son los vencedores. Repito: nunca he recibido premios ni los merezco. Premiar a los mejores es una excelente recompensa. ENRIC PASTOR, DIRECTOR SÍGUENOS (SI QUIERES) EN INSTAGRAM, TWITTER Y PINTEREST.