SLOW LIFE PAYESA Mueble popular y mucho respeto ha sido la receta de Francesc Rifé para esta masía del Empordà.
Muebles de artesanos catalanes, lámparas de Coderch y arquitectura precisa se mimetizan con la piedra ancestral en esta masía en el Baix Empordà firmada por Francesc Rifé.
La constancia es un grado. Es lo que demuestra la historia de esta pareja que esperó cuatro años para poder comprar un refugio en el Baix Empordà. “Cuando descubrimos la masía no era ni siquiera una casa sino una porqueriza, un corral para animales con un cobertizo incorporado lleno de aperos de labranza”, explica el matrimonio. El dueño no quería negociar el precio en ese momento así que tuvieron que armarse de paciencia hasta encontrar circunstancias más favorables. Cuando por fin la compraron le encargaron el proyecto a Francesc Rifé, vecino de su barrio en Barcelona. La estructura original, construida alrededor de 1920, desplegaba encanto rústico en una sola planta de 60 m2 con una parcela de 850. Se realizaron distintas intervenciones en diferentes etapas. En la primera, Rifé sumó un nuevo piso y cuando los niños fueron creciendo se transformó el viejo pajar en un pabellón anexo. Los 145 m2 totales de la actual vivienda están distribuidos en dos volúmenes. En la masía, una gran sala funciona como zona de estar y comedor, cocina-office integrada y una pequeña sala de lectura. Arriba, el dormitorio principal está separado por una arcada de una pequeña biblioteca. En el pabellón, en el que un saloncito-cocina convive con los dos dormitorios de los hijos y dos baños, se preservó toda la
estructura de cubierta a una sola agua y la mampostería de piedra local. Tanto en los interiores como en el exterior los elementos rurales como la piedra o la madera se han integrado en un diseño basado en la fuerza de las líneas simples. Los dos módulos independientes desarrollan un diálogo entre la transformación contemporánea de Rifé y la arquitectura típica del Empordà. La restauración de la construcción principal está definida por el abedul que reviste los suelos y que define un nuevo espacio que sirve de despensa y hace las veces de estantería para albergar libros. “Buscaba enriquecer el interior sin llegar a cambiar la narrativa y todo con un respeto absoluto a los materiales nobles”, explica Rifé. El interior yuxtapone piezas de artesanía local de esparto, cerámica y madera compradas en los anticuarios de La Bisbal, una pequeña localidad cercana, con otras nórdicas vintage como la estantería de Dieter Rams para Vitsoe o muebles icónicos españoles de Miguel Milá o José Antonio Coderch mezclados con herbarios de un amigo estudiante de farmacia. “Desde sus inicios el trabajo del estudio se basó en el orden y el racionalismo, en la armonía, el equilibrio y el buen gusto. Se trata de una intervención silenciosa que se ofrece al paisaje y a la identidad de los propietarios”, remata el interiorista. rife-design.com
“Es una intervención SILENCIOSA que se ofrece al PAISAJE y a la identidad de sus PROPIETARIOS”. F. R.