Patio de recreo

En Madrid, una casa-patio revestida de adobe, paja y pizarra. Lo rústico llevado al culmen del refinamiento. Luis Barragán inspiró al estudio Schneider Colao.

Inspirados por Luis Barragán, Schneider Colao han recreado una refinada y lujosa casa-patio revestida de adobe, paja y pizarra en pleno corazón de Madrid.

Todo vino a raíz de una foto de una casa-patio de Luis Barragán en México. Cuando Jesús Colao la vio, la idea surgió al momento: ¿y si hiciera algo así en un piso de Madrid? “A la clienta le costó entenderlo, pero accedió, y decidimos estirar toda la terraza, como si entrara en el interior. Ahora, al salir del ascensor de una novena planta, de repente, te encuentras en un patio. Eso tiene una energía increíble”, cuenta el arquitecto, 50% del estudio Schneider Colao junto a Ursula Schneider, sobre esta vivienda cerca del Parque del Retiro. Según explica Colao, el apartamento de 115 m2 (más terraza) que había pertenecido a una dramaturga de éxito en los años 60. “Estaba hecho de cajitas y más cajitas, habitaciones de la abuela casi interminables, cuya única salida al exterior eran unas pocas ventanas”. Por eso, la redistribución fue total. Decidieron tirar todos los tabiques (algo habitual en sus proyectos, conceptuales y algo arriesgados) y dividir zonas públicas y privadas únicamente con una pared de cristal en la que, además, se integra la única columna de la estructura que no podían borrar. “Hemos conseguido mantener la intimidad en un espacio abierto, en el que todo empieza y termina, y que a su vez es un estudio perfecto para una sola persona”, señala el arquitecto. Preservando la discreción, una cortina corredera puede ocultar el dormitorio y el baño del salón y, en la azotea, al aire libre, la ducha queda escondida a miradas indiscretas: los únicos que podrían ver algo son las copas de los árboles del Retiro. Instalaron un suelo de pizarra abujardada de El Escorial en todas las estancias, revistieron varias paredes de adobe y paja ayudados por un artesano de Cornwall, acostumbrado a restaurar fachadas de cottages ingleses, que viajó a Madrid para enseñarles su técnica (ahora la han incorporado a sus proyectos), y apostaron por superficies de roble francés en armarios y hasta en la bañera, hecha a mano. Además, poblaron la casa de muebles firmados por iconos del diseño que también conectan con esa idea de vivir al aire libre. Las butacas de Cassina están tapizadas en tonos verdes, los mismos que la vegetación de la barandilla del balcón, mientras que la alfombra de Élitis está elaborada en yute y la mesa del comedor, la Fayland de David Chipperfield, recuerda a la de un merendero. “Si quitaras los muebles, sería un patio noble que se vuelve naranja cada tarde con los rayos de sol y huele a jazmín en verano. ¿Quién puede presumir de tener eso en el centro de la ciudad?”, concluye Colao. SCHNEIDERCOLAO.COM

En el comedor, con paredes de paja y adobe, mesa y banco Fayland de David Chipperfield para E15 con jarrones de Tado y flores de Floreale, sillas Revolt de Friso Kramer para Ahrend de Cirkel y, dcha., lámpara Sistema Flu de Rodolfo Bonetto para Luci Italia, todo en Schneider Colao. A la izda., fotografía Floreo VII de Gonzalo Lebrija, en Travesía Cuatro.

Butacas Utrecht de Gerrit Rietveld para Cassina, mesa Pina de Schneider Colao, alfombra de yute Rocky de Élitis y, al fondo, la cocina en roble francés, igual que la carpintería de la casa. En la otra página: Un cerramiento de hierro y cristal separa el dormitorio y el baño del salón. Banco Refolo de Charlotte Perriand editado por Cassina con lámpara francesa de los 70, en Casa Josephine, y de pie VV Cinquanta de Vittoriano Viganò para Astep.

El arquitecto Jesús Colao y, a la izda., el dormitorio con cabecero de roble que oculta el vestidor. Encima, la terraza con ducha de Icónico y taburete Nagasaki de Matégot para Gubi y detalle de la mesita Pino. Arriba izda., el baño principal y, dcha., el aseo con ducha.

Para recrear la sensación de estar en un patio todas las paredes se cubrieron de adobe y los suelos con grandes láminas de pizarra. El mobiliario, tapizado en los mismos tonos de la vegetación de la terraza o inspirados en muebles de exterior, también fomenta la misma idea.

En el baño principal, un espejo circular separa la zona del lavabo de la bañera de roble francés hecha a mano. En la otra página: El dormitorio, con cama de Hästens, conecta con el salón y la terraza a través del separador de cristal que divide zonas públicas y privadas.