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Género neutro

Un tratado de elegancia elevada para todos los públicos. Eso es lo que el anticuario David Puente hizo de un apartament­o en Madrid.

- estilismo: PETE BERMEJO texto: EDUARDO INFANTE fotos: PABLO ZAMORA

Con ramalazos historicis­tas y aires setenteros, el interioris­ta David Puente ha hecho un ejercicio de elegancia para todos los públicos en un piso piloto de Madrid.

“Los volúmenes de los techos me llevaron a apostar por los elementos geométrico­s”. DAVID PUENTE

Con vocación acogedora y sin estridenci­as, Puente creó una estética relajada con su sello sobrio y hallazgos ‘decó’.

La tarea no era sencilla. El interioris­ta y anticuario David Puente recibió el encargo de poner a punto un apartament­o en un edificio del XIX recién reformado en el centro de Madrid que iba a ser comerciali­zado por la consultora inmobiliar­ia de lujo Knight Frank. Tenía que hacerlo “para todos los públicos” pero, como explica, se negaba a que fuera “una casa más”. “Últimament­e todo lo que veo me resulta un poco aburrido, completame­nte liso, sin molduras, sin colores... No me gusta. Quería una ruptura”, cuenta. Ese cambio empezó con los techos, de más de tres metros de altura, en los que instaló una serie de cajones rectangula­res a diferentes niveles sobre puntos estrátegic­os de la vivienda (el comedor, la cocina y el dormitorio) que, además de esconder los focos, determinab­an la estética del piso. “A partir de ahí comencé a armar el resto. Se creaba un juego de perspectiv­as visibles desde el salón que me llevó a apostar por lo geométrico en las puertas o las obras de arte”, resalta. Puente huyó así de lo obvio y diseñó un ambiente “elegante y tranquilo” –explica– a base de referentes del siglo XX, con tonos cálidos propios de los años 40 en las paredes arena, verde pálido o borgoña y una tarima de roble personaliz­ada en tono chocolate. Además, aprovechó para dar rienda suelta a su mayor pasión: encontrar joyas decorativa­s, en este caso con ramalazos setenteros o casi historicis­tas. “Llevo desde los 14 años comprando antigüedad­es y tengo 47. Así que ante todo soy anticuario”, advierte. Entre sus hallazgos están los dos apliques de alabastro de un hotel de los años 70, que ha convertido en lámparas LED, o las sillas vintage de Pierre Cardin para Roche Bobois (“que tienen un toque étnico”) que conviven con piezas que él mismo diseñó y arte como el busto de sílex de más de 300 kilos de Jordi Diez, una pieza de arpillera de Eduardo Baco y otras anónimas de las escuelas cinética y brutalista. “Creo que, al final, he conseguido que siga conservand­o mi esencia”, concluye. DAVIDPUENT­E.COM KNIGHTFRAN­K.ES

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Cardin para Roche Bobois y, al fondo, la cocina de madera lacada gris.
Sofá diseño de David Puente, coffee table de los 60 de Belarti y, entre los apliques de Jean Royère, perchero Slab de Pas, D’Urbino y Lomazzi para Longato. En la otra página: Sillas vintage de Pierre Cardin para Roche Bobois y, al fondo, la cocina de madera lacada gris.
 ??  ?? La casa tiene cinco balcones, tres de ellos iluminan el espacio central que acoge el salón, el comedor y la cocina de más de tres metros de altura en los que Puente jugó con las perspectiv­as mediante el uso de cajones rectangula­res que esconden los focos. Toda la luz natural se potencia gracias a las paredes color arena y el suelo de roble.
La casa tiene cinco balcones, tres de ellos iluminan el espacio central que acoge el salón, el comedor y la cocina de más de tres metros de altura en los que Puente jugó con las perspectiv­as mediante el uso de cajones rectangula­res que esconden los focos. Toda la luz natural se potencia gracias a las paredes color arena y el suelo de roble.
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 ??  ?? En una pared del salón, aplique de alabastro de un hotel de los 70 que Puente colocó en un marco de madera. Arriba, en uno de los baños pintado en rojo, mueble a medida y focos diseñados por el interioris­ta. En la otra página: Butacas italianas de los 50, taburete francés con forma de cadena, busto de sílex de Jordi Diez sobre peana de latón de los 70 y cuadro cinético de la colección de Puente.
En una pared del salón, aplique de alabastro de un hotel de los 70 que Puente colocó en un marco de madera. Arriba, en uno de los baños pintado en rojo, mueble a medida y focos diseñados por el interioris­ta. En la otra página: Butacas italianas de los 50, taburete francés con forma de cadena, busto de sílex de Jordi Diez sobre peana de latón de los 70 y cuadro cinético de la colección de Puente.
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 ??  ?? 1. Entrada
2. Salón 3. Cocina-comedor 4. Dormitorio principal
5. Baño 6. Dormitorio de invitados 7. Baño de invitados
1. Entrada 2. Salón 3. Cocina-comedor 4. Dormitorio principal 5. Baño 6. Dormitorio de invitados 7. Baño de invitados
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 ??  ?? Dormitorio principal con papel de James Malone, cabecero del interioris­ta, máscara de yeso de los 40 y apliques franceses. Izda., David Puente y baño con aplique y espejo diseño suyo.
Dormitorio principal con papel de James Malone, cabecero del interioris­ta, máscara de yeso de los 40 y apliques franceses. Izda., David Puente y baño con aplique y espejo diseño suyo.
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 ??  ?? En el dormitorio de invitados, cama del interioris­ta, mesita de resina imitando carey y lámpara italiana, ambas de los 70, como las fotografía­s brutalista­s de la pared. En el centro, obra Motor de arpillera de Eduardo Barco.
En el dormitorio de invitados, cama del interioris­ta, mesita de resina imitando carey y lámpara italiana, ambas de los 70, como las fotografía­s brutalista­s de la pared. En el centro, obra Motor de arpillera de Eduardo Barco.

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