Promesas DEL ESTE
Incontestable modernidad volviendo a las raíces populares. Eso es lo que propone desde Kiev Victoriya Yakusha, alma de la firma Faina.
Originalidad y honestidad han sido la apuesta y la baza ganadora de Faina, una joven firma con sede en Kiev que ha conquistado el mundo del diseño en solo cinco años. Su estilo minimalista y étnico con unas piezas naíf –sencillas en la forma, pero con un fondo filosófico– la han puesto en el punto de mira y en los interiores de decoradores punteros como StudioPepe o Sahara Widoff. ¿Motivos? Un lujo sereno, alejado de los fastos dorados y el exceso de ornamentos. Su fundadora, Victoriya Yakusha, arquitecta y diseñadora de interiores, creó Faina fruto de las circunstancias: “Nunca me había planteado hacer diseño de producto porque pensaba que no era serio”, nos explica con sinceridad. Sin embargo, los acontecimientos políticos en Ucrania cambiaron su perspec
tiva. En 2014, en plena Revolución de la dignidad (cuando se sucedían las protestas ciudadanas masivas en contra del régimen autoritario y a favor de un estado democrático), pensó que creando mobiliario y accesorios inspirados en la tradición doméstica de los pueblos eslavos fabricados mediante técnicas ancestrales daría a conocer al mundo la auténtica esencia del país. “Y buscar así un feedback positivo de Ucrania. Me gustaría que la gente tuviera una buena impresión sobre su cultura, su artesanía, su naturaleza”, confiesa. Lo hizo colaborando con maestros que representan el hacer con solera de los Cárpatos. Se involucró en una búsqueda personal de lo que denomina manufactura ucraniana en peligro de extinción: “Leí mucho, vi documentales, investigué por internet… pero no era suficiente”. Así que cogió el coche y decidió visitar pueblos y preguntar a los lugareños. De aquí han salido jarrones de aire brutalista que reinterpretan la cerámica tradicional de Gavarechchina, teñida de negro por ahogarse en el humo de la cocción, tapices que recuperan el tejido de lana lizhnyky, una técnica popular para mantas de uso cotidiano, confeccionados a mano desde el cardado, robustas mesas talladas en piedra o
“La intención es traer al diseño un concepto más emocional, sensible y con una energía más femenina”.
VICTORIYA YAKUSHA
aparadores con puertas revestidas de arcilla, una prueba de fuego que le llevó varios meses de experimentación. A todas las piezas les unen los materiales naturales, como el barro (que en este país se usa mucho en casa por sus propiedades beneficiosas para la salud), la madera o la lana, y las texturas, porque en Faina el sentido del tacto importa. Su estudio en Kiev, al que ha llamado Ya Vsesvit, es además un espacio creativo y lugar de encuentro con autores locales y extranjeros, de distintas disciplinas (arte, teatro, moda, fotografía, cine…) con el fin de nutrirse e inspirarse mutuamente. Una forma de marcar la diferencia, como con su firma, cuyo objetivo principal es “traer al mercado un concepto más emocional, sensible, con una energía más femenina”, dice la diseñadora. Sorprende su mirada al pasado y su vocación tradicionalista, cuando sus piezas emergen modernas y rotundas. “No hay mucho desarrollo de producto industrial en Ucrania, con lo que con Faina hemos traído algo bastante nuevo. Cuando estuvimos en el Fuorisalone de Milán los visitantes nos decían: Wow!, esto no lo he visto en ningún sitio”, cuenta Victoriya. Cierto que el estilo primitivo y brutalista de Faina no podría confundirse con ningún otro. FAINA.DESIGN POR MARÍA DÍAZ DEL RÍO