África se LEVANTA
Bajo los auspicios de Rolex, el arquitecto David Adjaye ha ayudado a la joven africana Mariam Kamara a proyectar un centro cultural en Níger, con la nueva identidad arquitectónica del continente de telón de fondo.
Rolex le eligió a él y él la eligió a ella. El ghanés David Adjaye, uno de los arquitectos más cotizados del mundo, con estudio en Londres, Nueva York y Accra, decidió hace dos años participar en el programa Mentor and Protégé Arts Initiative de la firma relojera suiza, una iniciativa bianual que pone en contacto desde 2002 a profesionales consagrados de varias disciplinas (cine, danza, música o arquitectura) con sus homólogos menos experimentados para apoyarles en su carrera. David Chipperfield, Peter Zumthor o Kazuyo Sejima son algunos de los nombres que le han precedido en este papel de mentor. “África fue el último continente en ser industrializado y está viviendo un gran boom constructivo en los últimos años. Por eso quería trabajar con un talento joven de allí y encontré a Mariam Kamara, que estaba muy comprometida con su país, Níger. Egoístamente me interesaba ver esa tierra con sus ojos y empujarla a tener un rol más público a través de este centro cultural en Niamey, la capital”. De la mano de Mariam, Adjaye visitó ciudades de 400 y 500 años de antigüedad casi intactas, algo que prácticamente no existe en el resto del continente. “Níger está en la encrucijada entre este y oeste, y formaba parte de la Ruta de la Sal. Sus casas poseen elementos de la arquitectura del desierto en materiales como la arena o la tierra, pero con formas mezcladas que también beben de la cultura musulmana. Hay verdaderos tesoros que han sobrevivido a lo largo de los siglos”, explica Kamara. Y a través del pasado, como ha hecho Adjaye con muchas de sus obras (la más conocida, el Smithsonian National Museum of African American History and Culture de Washington), miraron al futuro. “El proyecto es una decla
ración de intenciones de lo importante que es conocer la historia para ir hacia delante”, asegura Kamara. “Añado que es peligroso pensar que la modernidad pertenece solo a Occidente. El progreso no tiene una única estética y los africanos debemos encontrar una voz propia porque la nuestra es una historia interrumpida”, prosigue. Con estas premisas, ha ideado un espacio semiabierto, construido a partir de los materiales de la zona, en el que las mujeres podrán ser libres de pasear igual que los hombres (crucial en un país musulmán), que se mimetiza con la ciudad y que ha sido aprobado por la gente gracias a diferentes workshops. Si finalmente se materializa, el centro cultural será a la vez una biblioteca outdoor, una galería de arte y un punto de encuentro. No está nada mal para una nación en la que, hasta ahora, los únicos lugares públicos eran las mezquitas. “En Níger se dan muchos de los problemas de la arquitectura actual, como la sostenibilidad, la superpoblación o el cambio climático, pero magnificados por la desertificación. Y eso me une a Adjaye, que siempre crea a partir del contexto”, concluye Mariam. “Es un momento crucial para nuestra profesión. Es hora de repensarnos y ser radicales, pero no en las formas sino en la manera de hacer. Hay que preguntarse, no solo por la estética, sino por lo que cada edificio significa y qué propósito tiene”, remata Adjaye. ROLEX.ORG
“El progreso no tiene una única estética y los africanos debemos encontrar una voz propia en arquitectura”. MARIAM KAMARA