Buena añada
Fundación Otazu, Premio A al Coleccionismo
Venezolano, aunque de origen navarro, Guillermo Penso es la cabeza visible de este pequeño paraíso cerca de Pamplona donde las barricas y viñedos conviven con esculturas de Anish Kapoor, Olafur Eliasson o Xavier Mascaró. “Cuando me integré en el proyecto en 2013, en Otazu ya existía una sensibilidad por el arte. Teníamos, por ejemplo, etiquetas con obras de Manolo Valdés. Lo que yo busqué es que ese vínculo dejase de ser marginal y reivindicase el poder transformador de la creación”, nos cuenta este ingeniero de telecomunicaciones que lo dejó todo para unirse al negocio familiar. Así, bajo su dirección, se creó el Premio Bienal de Arte Monumental, que elige a artistas que modifican con sus obras el palacete del siglo XVI del viejo Señorío y la bodega; o el programa Genios de Otazu, que invita a diferentes creadores a involucrarse durante tres años en todos los procesos del vino, desde la vendimia hasta su ensamblaje y el diseño de la botella. “Tanto la fundación como la colección están unidas por una inquietud estética muy arraigada, con un gran peso de las voces iberoamericanas pero siempre buscando ese delicado equilibrio entre forma y contenido que deviene en poesía”, remata Penso. Quizá por eso ARCOmadrid 2020 ha premiado su labor de mecenazgo.
“Reivindico el PODER transformador del ARTE, es algo que va más allá de colgar un cuadro en la pared”. GUILLERMO PENSO