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Brasil del Norte

La marchante Ana Escárzaga ha reunido en su casa-galería con vistas a la bahía de Santander una cuidada selección de muebles de diseño carioca. Aquí todo cambia, salvo su ambiente exquisito.

- estilismo: MARÍA AGUILAR texto: EDUARDO INFANTE fotos: MANOLO YLLERA

¿Cómo vivir en Santander como si estuvieras en Ipanema? La marchante Ana Escárzaga lo ha conseguido en una casona frente al mar.

“Quería una casa que nueva. no pareciera Que tuviera pátina, con rayones y marcas”. ANA ESCÁRZAGA

En la casa de Ana Escárzaga casi todo va y viene. Es habitual que sus hijos se sorprendan en sus visitas al ver que un mueble ha desapareci­do, ha sido sustituido por otro o se encuentra decorando otra habitación en una composició­n completame­nte nueva. “La atmósfera, sin embargo, no cambia nunca. Creo que está muy vivida, como si hubiésemos estado aquí siempre”, nos aclara. Aunque no lo parezca, hace solo dos años que esta marchante y coleccioni­sta de mobiliario y su marido se construyer­on esta villa de dos pisos y 450 m2, completame­nte abierta a la bahía de Santander, y que ha convertido también en su galería de diseño donde solo recibe a sus selectos clientes. Su anterior vivienda, del doble de tamaño y también obra del estudio cántabro EME Atelier, se les había quedado grande tras la marcha de sus hijos. “Teníamos muy claro lo que queríamos: que no pareciera nuevo, que tuviera pátina, que el hormigón tuviera sus rayones y sus marcas. Los materiales son viejos en sí, no me gusta nada el envejecimi­ento artificial de las cosas”, señala. Su inclinació­n por elementos con historia lo deja claro: utilizó unas puertas recuperada­s de un piso de la calle Velázquez de Madrid, instaló una de entrada del XVII y cubrió la mayoría de los suelos de roble con nudos naturales. Eso sí, si algo tiene pasado es su selección de muebles. Lejos de dejarse llevar por lo obvio (“hace más de 20 años me dedicaba a lo nórdico, que era muy digno, pero ya me da pereza”, confiesa) ha reunido joyas brasileñas del siglo XX. Todas las estancias y su impresiona­nte exterior están pobladas de exquisitas piezas de época de Joaquim Tenreiro, Jorge Zalszupin o Lina Bo Bardi que solo es capaz de hallar un ojo con décadas de experienci­a. Algunas, según confiesa, ni siquiera puede enseñarlas porque son demasiado exclusivas. “Esto es como ser marchante de arte y hay que ser discreta. Bueno, es que el diseño es arte”, cuenta. Aunque la mayoría están a la venta, el piso de arriba lo reserva como zona privada, con su dormitorio y su vestidor, y hay cosas que sea cual sea la oferta nunca se irán. Una mesa francesa que le regaló su madre, una silla de los años 30 del británico Gerald Summers –“uno de los pioneros en el modelado de madera”– o una mesa de José Zanine Caldas que encontró en un vertedero de São Paulo. “Esas con las que te encariñas siempre están. Si las vendo es porque me he enamorado de otras, no hay sitio para tanto cariño –añade riendo–. En el fondo, no me importa que la casa se mueva. Y a mi marido, que es el que vive aquí, tampoco. Así que ningún problema”. @ANA_ESCARZAGA_GALLERY

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 ??  ?? En el salón, sofá modular y silla Pilão de madera maciza, ambos de José Zanine Caldas, mesitas de Jorge Zalszupin, butaca de Giancarlo Palanti con lino de flores, todo vintage,y lámpara nórdica años 60.
Escultura de pared de la africana Maliza Kiasuwa. En la otra página: En el hall, puerta castellana del XVII, sillas de Lina Bo Bardi para el centro cultural SESC Pompéia de São Paulo y pintura de la artista Barbara Stammel.
En el salón, sofá modular y silla Pilão de madera maciza, ambos de José Zanine Caldas, mesitas de Jorge Zalszupin, butaca de Giancarlo Palanti con lino de flores, todo vintage,y lámpara nórdica años 60. Escultura de pared de la africana Maliza Kiasuwa. En la otra página: En el hall, puerta castellana del XVII, sillas de Lina Bo Bardi para el centro cultural SESC Pompéia de São Paulo y pintura de la artista Barbara Stammel.
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 ??  ?? De nuevo en el salón, sofá de lino, mesa de Carlo Hauner y Martin Eisler años 50, butaca de Jorge Zalszupin, daybed de Charlotte Perriand, ambos de los 60, y en la pared, obra de Maliza Kiasuwa. En la otra página: En otro salón, butacas de Julio Katinsky de hierro, palosanto y cuero de los
70 y azul de Carlo Hauner y Martin Eisler, mesa y taburete de madera maciza de José Zanine Caldas años 70, aparador de Guillerme et Chambron años 50 con lámpara Bumling de Anders Pehrson de los
60 y alfombra de esparto murciana. En la pared, obra de madera tallada de Tomás Ordoñez.
De nuevo en el salón, sofá de lino, mesa de Carlo Hauner y Martin Eisler años 50, butaca de Jorge Zalszupin, daybed de Charlotte Perriand, ambos de los 60, y en la pared, obra de Maliza Kiasuwa. En la otra página: En otro salón, butacas de Julio Katinsky de hierro, palosanto y cuero de los 70 y azul de Carlo Hauner y Martin Eisler, mesa y taburete de madera maciza de José Zanine Caldas años 70, aparador de Guillerme et Chambron años 50 con lámpara Bumling de Anders Pehrson de los 60 y alfombra de esparto murciana. En la pared, obra de madera tallada de Tomás Ordoñez.
 ??  ?? En el porche, butacas
Sonambula de Joaquim Tenreiro de los 60 y
chaise longue de José Zanine Caldas años 50. Arriba, la piscina y uno de los pasillos con silla de René Prou de los 50. A la izda., en un rincón del salón, mesa de roble francesa y silla de Gerald Summers, ambos años 30.
En el porche, butacas Sonambula de Joaquim Tenreiro de los 60 y chaise longue de José Zanine Caldas años 50. Arriba, la piscina y uno de los pasillos con silla de René Prou de los 50. A la izda., en un rincón del salón, mesa de roble francesa y silla de Gerald Summers, ambos años 30.
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 ??  ?? En el salón principal, mesa y taburete de José Zanine Caldas, silla Tripé de Lina Bo Bardi de los 40 con estructura de hierro y cuero original, revistero Zink de Jonas Bohlin para Källemo de hierro y hormigón y fotomontaj­e de Pilar Cossío.
En el salón principal, mesa y taburete de José Zanine Caldas, silla Tripé de Lina Bo Bardi de los 40 con estructura de hierro y cuero original, revistero Zink de Jonas Bohlin para Källemo de hierro y hormigón y fotomontaj­e de Pilar Cossío.
 ??  ?? En la terraza cubierta, sofá y mecedora de Carlos Motta de madera tropical brasileña recuperada y mesa y silla tallada de una sola pieza, ambas de José Zanine Caldas de los años 70. Fotografía de Zhang
Zongmei. En la otra página: En el comedor, con papel pintado de Gastón y Daniela, mesa lacada de Ana Escárzaga, sillas de rejilla y madera de cavíuna de Joaquim Tenreiro de los 60 y pintura de Mateo Charris.
En la terraza cubierta, sofá y mecedora de Carlos Motta de madera tropical brasileña recuperada y mesa y silla tallada de una sola pieza, ambas de José Zanine Caldas de los años 70. Fotografía de Zhang Zongmei. En la otra página: En el comedor, con papel pintado de Gastón y Daniela, mesa lacada de Ana Escárzaga, sillas de rejilla y madera de cavíuna de Joaquim Tenreiro de los 60 y pintura de Mateo Charris.
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 ??  ?? En el baño, mueble de mármol Marquina y apliques suecos años 40, silla Reversivel de Carlo Hauner y Martin Eisler. En la otra página: El dormitorio principal con butaca de Carlo Hauner y Martin Eisler de los 50 y óleo de Miguel Costales. Debajo, el vestuario de la piscina con taburete de José Zanine Caldas y la marchante y coleccioni­sta Ana Escárzaga en el porche.
En el baño, mueble de mármol Marquina y apliques suecos años 40, silla Reversivel de Carlo Hauner y Martin Eisler. En la otra página: El dormitorio principal con butaca de Carlo Hauner y Martin Eisler de los 50 y óleo de Miguel Costales. Debajo, el vestuario de la piscina con taburete de José Zanine Caldas y la marchante y coleccioni­sta Ana Escárzaga en el porche.

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