Efecto burbuja
UNA CÁPSULA futurista DE PLÁSTICO DE LOS 60 ES HOY UNA ENCANTADORA viñedo CASITA DE INVITADOS EN UN DE L’EMPORDÀ VESTIDA CON MATERIALES CONECTADOS CON la tierra.
Serge Castella aportó calidez llenando de antigüedades una sesentera cápsula futurista plantada, nunca mejor dicho, en un viñedo de l'Empordà.
“La casa es de fibra de vidrio y quería darle cierta humanidad, que ovni no pareciera un y estuviera más atada a la tierra”. SERGE CASTELLA^
Accidental y divertida. Serge Así cuenta Castella que fue la compra de esta módulos casa, uno de los futuristas que diseñara en los años 60 el arquitecto Jean-Benjamin Maneval burbuja francés a modo de de plástico, y que en su momento fueron muy revolucionarios.
Hoy, a su manera, también ha revolucionado la vida de Castella, que buscaba “algo pequeño para guardar los trastos del jardín y cuando la fui a ver me enamoré, y de paso me arruiné en el proceso de convertirla en casa de invitados”. Y es que para tener solo 36 m2 y tres metros de alto en la parte central, la famosa burbuja dio mucho trabajo. Primero había que elegir dónde ubicarla, debía ser lo bastante cerca para poder utilizarla pero en el terreno de la propia vivienda de Castella, afincado en la zona, no cabía. Así que aprovechó que unos amigos tienen una bodega en L’Empordà, a una hora de casa, y la instalaron allí, entre viñedos. Lo siguiente fue ponerla a punto para evitar filtraciones y darle un buen lavado de cara. ¿Dónde? En una empresa que trabaja con barcos en Le Barcarès, cerca de Perpiñán. “Hasta allí viajó para lacarla con el mismo material que se utiliza en las embarcaciones, verde por fuera y blanca por dentro”, arranca el anticuario e interiorista francés. Después, había que hacer de ella un lugar cálido, y aquí Castella lo tenía claro. “Quisimos que fuera muy natural, porque la carcasa es de fibra de vidrio, un material muy frío, y yo quería darle una cierta humanidad, que no pareciera un ovni, que estuviera más atada a la tierra”. De ahí la apuesta por la madera, el pelo de cordero, el cuero, y detalles en macramé, además de colores neutros y una decoración sencilla pero acogedora. La casa es modular y puede colocarse de la forma que se quiera (otra de las innovaciones que propuso Maneval), y aquí se buscó que “cada una de las enormes ventanas tuviera una vista espectacular”. Al no ser una vivienda al uso, no tiene cocina. Serge y Flinn, su pareja y socio, aseguran no tener ni idea y no lo han concebido como un hogar convencional, sino más bien como una original habitación de invitados para cuando vayan de visita a la bodega de sus amigos, que sí tienen cocina. Serge evitó los “rinconcitos” y le dio toda la fuerza al centro, “prefiero hacer algo más contundente, me gusta más una pieza grande que varias pequeñas”, de forma que se aprovechase todo el espacio. Un espacio, eso sí, que fue muy divertido amueblar: “Debido a la limitación del ancho de la puerta, no entraban muchas cosas. Se convirtió en un reto elegir y encontrar muebles que cumplieran tantos requisitos, pero lo logramos, y nos encanta pasar tiempo aquí”. ¿Y los utensilios del jardín?, le preguntamos. “Siguen sin tener un lugar, por supuesto”, dice con ironía. SERGECASTELLA.COM