Heridas «criminalmente desatendidas»
Era la primera vez que Francisco no estaba presente en uno de los Encuentros Mundiales de Movimientos Populares. Ha acompañado desde sus comienzos en 2014 el camino de este movimiento de movimientos que comenzó luchando por las tres T (tierra, techo y trabajo) y el año pasado incorporó a su agenda la inmigración y el racismo. Dos veces los ha acogido en Roma, y otra los visitó en Bolivia, en 2015. Esta vez, hizo llegar su apoyo en un contundente escrito en el que lamentaba que «hemos perdido tiempo valioso sin prestarle suficiente atención» al giro histórico que vive el mundo. Las heridas causadas por un «sistema económico que tiene en el centro al dios dinero [...] han sido criminalmente desatendidas».
Francisco esboza en su escrito la relación entre problemas como el desempleo, la violencia, la corrupción, «la crisis de identidad» y el «vaciamiento de las democracias», y otros que han encontrado especial resonancia por su actualidad, especialmente en Estados Unidos, como la deshumanización del otro. Las heridas causadas por un sistema centrado en la riqueza –explica el Pontífice–, «no se pueden maquillar eternamente». Y, cuando surgen los problemas, el poder manipula «el miedo, la inseguridad, la bronca, incluso la justa indignación» para culpar «de todos los males a un “no prójimo”» al que se deshumaniza. Más que apuntar a «personas en particular», Francisco subrayó que se trata de «un proceso social que se desarrolla en muchas partes del mundo y entraña un grave peligro».