«¿Por qué nos ayudan desde España sin conocernos?»
De Perú ha venido también a difundir por toda España la campaña de Manos Unidas la misionera laica Carmen Parrado, médico gallega que llegó al país hace 30 años. Con colaboradores locales, fundó la ONG Escuela Campesina de Educación y Salud (ESCAES), actualmente presente en los departamentos de Piura y Cajamarca, junto a –dice– «los excluidos, esos a los que el Papa llamó “sobrantes humanos”».
Carmen Parrado ha trabajado tanto en la selva como en la costa y el altiplano. Con amenazas de la guerrilla, de Sendero Luminoso y del propio Ejército. Aún hoy sigue sin tener casa propia, deambulando de proyecto en proyecto, rara vez pasando más de 20 o 30 días seguidos en cada lugar. «Mis cervicales son de hierro. Estoy inmunizada contra todo. Alguna gripe, de vez en cuando, pero como tienes que seguir, te recuperas pronto», presume de su buena salud.
En la metodología de trabajo de su ONG, es esencial trabajar desde dentro de las propias comunidades, potenciando los mejores valores de sus culturas. Codo con codo con mujeres del Amazonas, por ejemplo, ha elaborado a partir de plantas de la selva unos suplementos nutricionales para niños que están dando «resultados espectaculares». Al mismo tiempo, desde una relación de respeto y confianza, su organización ha logrado importantes avances en la mejora de la salubridad de los hogares o hacia la igualdad de la mujer, considerada muchas veces «una propiedad» del hombre. Los proyectos de ESCAES tienen una duración nunca inferior a los ocho años, e involucran siempre a la población local. «Con muchos menos recursos que el gobierno, conseguimos hacer mucho más, simplemente porque la población entiende que esto es para ellos», explica Parrado.
«También me preguntan a menudo por qué estoy allí y por qué la gente de Manos Unidas, sin conocerlos, los está ayudando por solidaridad cristiana, por amor a Dios», añade. «Todo eso les interpela mucho».