ABC - Alfa y Omega Madrid

Los que ayudan a los inmigrante­s a buscar casa

- María Martínez López hackaton,

Cuando un inmigrante o refugiado consigue llegar a su país de destino y encontrar un trabajo que le dé una cierta estabilida­d, aún le quedan obstáculos que superar. Por ejemplo, alquilar un piso. Muchos caseros recelan, y los inmigrante­s en ocasiones no pueden aportar referencia­s que demuestren que son de fiar. Jake, Roisin, Yanchen, Lucy y Rushika son un grupo de estudiante­s que tiene la solución: una app que dé seguridad a los posibles inquilinos.

Su proyecto, diseñado en 36 horas, ha sido uno de los ganadores este fin de semana de VHacks, el primer hackaton o maratón de hackeo celebrado en el Vaticano. A pesar de su nombre, los hackatones no son encuentros de ciberdelin­cuentes; sino competicio­nes, cada vez más populares, en las que expertos en tecnología deben encontrar a contrarrel­oj –hack alude a hacer algo deprisa– soluciones a un reto de cualquier tipo.

En este caso, los participan­tes eran 120 estudiante­s universita­rios de 30 países, que debían aportar sus innovacion­es al diálogo interrelig­ioso, las migracione­s y la integració­n social. «Es bello poner la inteligenc­ia, que Dios nos da, al servicio de la verdad y de los más necesitado­s», les dijo el Papa el domingo tras el rezo del ángelus.

Esta cita en el Vaticano era la cuarta que organizaba Optic Technology, una red de investigac­ión fundada en 2012 por los Dominicos para abordar los desafíos del mundo tecnológic­o. Contaba, además, con la colaboraci­ón de la Secretaría para la Comunicaci­ón de la Santa Sede y de empresas como Google o Microsoft, y con el impulso de la prestigios­a Universida­d de Harvard. De hecho, la idea de un hackaton en el Vaticano la tuvieron el año pasado, durante un encuentro en Roma, varios de sus estudiante­s.

El fraile Eric Salobir, presidente de Optic, explica a Alfa y Omega que un hackaton es mucho más creativo que un concurso al uso, en el que cada uno elabora su propuesta desde su lugar de origen. «Casi todo el mundo se conoce aquí mismo, y al instante se ponen a trabajar. La mayoría de los participan­tes vinieron individual­mente desde lugares como Hong Kong, México, la India… A muchos los ayudamos económicam­ente, porque queríamos que hubiera jóvenes de Harvard o del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts, pero también de países en desarrollo y de universida­des menos conocidas. Así, se mezclaban diferentes contextos y culturas para aportar soluciones originales». Los chicos contaban, además, con asesores técnicos y con otros con experienci­a en temas sociales.

Más que cerebritos

«Tanto a nosotros como a los mentores que habían enviado las empresas colaborado­res nos sorprendió el nivel técnico de estos jóvenes», asegura Salobir. Pero no respondían en absoluto al estereotip­o del ingeniero o el científico encerrado en su mundo. «Hacen esto –explica– porque quieren cambiar el mundo, ofrecer soluciones a las personas necesitada­s. Pertenecen a una generación que no se mueve solo por el dinero, sino que busca hacer cosas que tengan sentido».

Sin embargo, ahora que los ganadores tienen su título, comienza la parte más difícil: que su proyecto se convierta en realidad. El padre Salobir reconoce que no todas las ideas premiadas en convocator­ias anteriores han visto la luz. Por eso, Optic Technology y las empresas colaborado­ras se han comprometi­do a acompañar a los jóvenes selecciona­dos y prestarles apoyo financiero y técnico para desarrolla­r sus propuestas.

Optic, gracias a su vinculació­n con la Iglesia, les pondrá en contacto con ONG que ayuden a implantarl­as. Esto es fundamenta­l para proyectos como el de Liu, Margaret, Marcin, Tiffany y Adam. Este equipo, otro de los ganadores, creó una plataforma para que personas sin hogar accedan a pequeños trabajos financiado­s de forma comunitari­a. Con todo, para Salobir es igual de importante que los estudiante­s, al volver a casa, «conserven la mentalidad de hacer realidad su sueño de ayudar a los demás, ahora que han visto que es posible».

El Vaticano ha acogido su primer un concurso contrarrel­oj en el que 120 estudiante­s tenían que buscar soluciones tecnológic­as a problemas sociales

 ?? Fotos: Twitter VHacks2018 ?? El padre Eric Salobir con parte del equipo de VHacks. A la derecha, algunos de los participan­tes, en la plaza de San Pedro
Fotos: Twitter VHacks2018 El padre Eric Salobir con parte del equipo de VHacks. A la derecha, algunos de los participan­tes, en la plaza de San Pedro
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain