San José: la inteligencia y el corazón al servicio de los demás
Carta semanal del cardenal arzobispo de Madrid ▼ Quienes somos llamados de modo especial a san José una ayuda, la misma que tuvo Jesús tenemos en
Vamos a celebrar, como todos los años en torno a la fiesta de san José, el Día del Seminario. Y lo hacemos este año con este lema: Apóstoles para los jóvenes. Lema que alude al Sínodo de los Obispos que en el mes de octubre vamos a celebrar. Como cuenta el Papa en el documento preparatorio, «en Cracovia, durante la apertura de la Jornada Mundial de la Juventud, les pregunté varias veces: “Las cosas, ¿se pueden cambiar?”». Añadiría a esta pregunta esta otra: ¿Estáis dispuestos a cambiar las cosas, poniendo la inteligencia y el corazón al servicio de los demás como sacerdotes?
A mí me ayudó repetir esa oración de san Ignacio de Loyola: «Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer. Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que esta me basta».
Porque para ser apóstoles para los jóvenes es bueno responder al amor de Cristo ofreciendo nuestra vida con amor. Ser apóstoles para los jóvenes supone ir tras las huellas de Cristo, pues Él debe ser la meta, el camino y el premio. ¡Qué pasión engendra en la vida descubrir la nueva vida que viene de Dios, pero para responder a la llamada de Dios y ponernos en camino! Para dar esa respuesta no es necesario ser ya perfectos, pues es en la fragilidad y en la limitación humana donde nos podemos hacer más conscientes de la necesidad de la gracia redentora de Cristo.
Un modelo educativo
Os voy a hacer una propuesta para ser apóstoles para los jóvenes: asumamos el modelo educativo que san José practicó:
1. Pongamos la inteligencia y el corazón, lo que somos y tenemos en nuestra vida al servicio de todos los hombres. Siempre me ha impresionado la vida de san José; por eso, la última oración del día se la dirijo a él para que siga custodiando nuestras vidas y haga que no tengamos otra ocupación y preocupación que hacer presente a Jesucristo en medio de los hombres. Me