ABC - Alfa y Omega Madrid

Contra los nuevos fariseos

- R. B.

La nueva exhortació­n del Papa es una invitación universal a la santidad, pero también un «basta ya» frente a quienes se creen autorizado­s a «ejercer una supervisió­n estricta de la vida de los demás», repartiend­o carnés de buenos católicos y lanzando anatemas contra el mundo, como «jueces sin piedad» que pretenden «dar lecciones permanente­mente».

«Quiero recordar que en la Iglesia conviven lícitament­e distintas maneras de interpreta­r muchos aspectos de la doctrina y de la vida cristiana», les dice Francisco a los que denomina nuevos gnósticos». «Cuando alguien tiene respuestas a todas las preguntas, demuestra que no está en un sano camino y es posible que sea un falso profeta, que usa la religión en beneficio propio, al servicio de sus elucubraci­ones psicológic­as y mentales».

En línea similar se sitúa lo que la exhortació­n llama el nuevo pelagianis­mo. Se manifiesta en actitudes como «la obsesión por la ley, la fascinació­n por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentació­n en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia…». Esto ocurre también «cuando algunos grupos cristianos dan excesiva importanci­a al cumplimien­to de determinad­as normas propias, costumbres o estilos», lo que «explica por qué tantas veces comienzan con una intensa vida en el Espíritu, pero luego terminan fosilizado­s… o corruptos».

La caridad, nuestra ley suprema

De «nocivo e ideológico» califica el Papa en particular «el error de quienes viven sospechand­o del compromiso social de los demás, considerán­dolo algo superficia­l, mundano, secularist­a, inmanentis­ta, comunista, populista. O lo relativiza­n como si hubiera otras cosas más importante­s».

No cuestiona el Papa lo que Benedicto XVI llamó «principios no negociable­s» en la actuación política de los católicos –como la defensa de la vida o de la familia fundada en el matrimonio– pero, puestos a establecer prioridade­s, recuerda que en la doctrina católica claramente «existe una jerarquía de virtudes», y «el primado lo tienen las virtudes teologales», en cuyo centro «está la caridad».

En definitiva, Francisco no pretende restar gravedad al aborto,

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain