«Hay que volver a encontrarse»
▼ La izquierda y la Iglesia, que contribuyeron a la Transición, rinden homenaje a Pablo VI
La izquierda y la Iglesia, que contribuyeron a una Transición pacífica en España, se reencuentran 40 años después en la Fundación Pablo VI. A pocos días del congreso que, los días 3 y 4 de octubre, conmemorará las cuatro décadas de la España constitucional, la presentación del Centro de Pensamiento Pablo VI ofreció un aperitivo, al reunir al cardenal Fernando Sebastián (en aquellos años uno de los más cercanos colaboradores del cardenal Tarancón), a la histórica socialista Francisca Sauquillo y al historiador y teólogo Juan María Laboa.
Las dos partes hicieron autocrítica: la hasta hace poco presidenta del Comisionado de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Madrid lamentó el desconocimiento entre buena parte de la izquierda actual a la contribución de la Iglesia a la llegada de la democracia en España, mientras el arzobispo emérito de Pamplona-Tudela reconoció que, «hace 20 años la Iglesia española tenía mas diálogo con los no creyentes que ahora».
Pieza clave que hizo posible ese acercamiento fue Pablo VI, el Papa que pilotó el Concilio Vaticano II e impulsó un nuevo tipo de presencia de la Iglesia en la sociedad, libre de tutelas y vasallajes políticos y sociales. Es lo que quiere revindicar el nuevo Centro de Pensamiento, que nace para «recuperar y ayudar a comprender mejor» al Papa Montini, y a buscar en su pensamiento «criterios y orientaciones que sirvan al diálogo entre la acción política y la fe religiosa en la España de nuestros días», dice María Teresa Compte, secretaria general académica y directora del Máster de Doctrina Social de la Universidad Pontificia de Salamanca- Fundación Pablo VI, que coordinó el 20 de septiembre la mesa redonda Pablo VI: memoria y reconciliación. Estos son algunos extractos:
Fernando Sebastián : Pablo VI fue el más reformador de los Papas modernos y un amigo incomprendido de España. Entendió España mejor que muchos españoles; nos ayudó extraordinariamente a abordar el trance de la Transición política. Sin la apuesta de la Iglesia por la democracia y la reconciliación de todos españoles hubiera sido difícil una Transición pacifica. Y sin el apoyo de Pablo VI, la Iglesia española no hubiera podido hacer lo que hico en los años de la Transición. Una vez Tarancón me dijo: «Estos obispos [españoles] miran demasiado a Roma». Yo le respondí: «¿Y usted dónde miraba, don Vicente?». [Pablo VI] fue su gran apoyo e inspirador en unos años que fueron muy importantes en la vida de la Iglesia y de la sociedad española.
Francisca Sauquillo : A principios de los años 60 era yo una estudiante de Derecho en una España triste y negra, donde la Iglesia había jugado un papel en la guerra y después de apoyo a la dictadura. Yo venía de un colegio de religiosas y de una familia, no militante, pero sí del bando que había ganado la guerra, por lo que llegué a la universidad pensando que todos los rojos eran malísimos. En las congregaciones marianas o en los movimientos [estudiantiles y obreros de la Acción Católica] como la JEC, la JOC, la HOAC… empezamos a hacer un cambio. Pablo VI tuvo un papel muy importante de impulso a esos movimientos. Así conocí a Joaquín Ruiz Jiménez, que fue profesor mío. Como embajador en Roma, tuvo mucho contacto con lo que empezaba a cambiar en la Iglesia. Él procedía de la dictadura, [pero valoraba] el dialogo con no cristianos y no creyentes. Gracias a eso vimos que los no creyentes no eran personas a las que había que combatir.
F. S.: Para dialogar hace falta tener confianza en uno mismo, en tu propia propuesta. El que no tiene confianza en sí mismo no se atreve a hablar con el prójimo. Y hace falta tener confianza en el otro, creer en la buena voluntad de tu interlocutor. Esta es la ética del dialogo, el valor del dialogo como instrumento no solo evangelizador, sino para la convivencia humana. Quien puso en circulación esta idea como algo fundamental fue Pablo VI.
Son enseñanzas que necesitamos hoy: un cristianismo que se hace humanismo y un humanismo que se hace cristianismo sigue siendo un hermoso programa cultural para la Iglesia y para la sociedad española. Pablo VI sigue siendo nuestro maestro en el respeto y la valoración de la cultura secular; el Papa que nos enseñó a acercarnos al mundo contemporáneo con amor y respeto, con comprensión y reconocimiento, valorando la vocación secular del hombre y ofreciéndole el mensaje salvador de Jesús. Una postura muy cercana al ministerio de la misericordia que hoy trata de promover el Papa Francisco.
Juan María Laboa: ¿Por qué Montini era tan mal visto en la España de Franco? Él había nacido en una familia del norte, en Brescia, profundamente católica y democrática. Una familia que cree que la Iglesia no tiene que estar politizada. Montini es antifascista desde el principio. Y eso se le notaba. Era un personaje que no podía ser aceptado por el régimen y por gran parte del episcopado español de ese momento. Aunque era filo demócrata-cristiano, no se mete nunca en política. ¿Por qué le expulsan de Roma? Porque Ottaviani y los cardenales de la Curia tenían un contacto con la parte conservadora de la Democracia Cristiana y veían que Montini, en el puesto más importante de la Curia [como sustituto de relaciones ordinarias], no iba a ayudar en ese cambalache, y le mandan a Milán con la idea de no nombrarle cardenal (Pío XII de hecho no le nombra) y para que en Roma gobiernen los que habían gobernado siempre.
Cuando es elegido Papa, conoce perfectamente a los obispos espa-