ARAL

Masas congeladas

SALUD, CONVENIENC­IA E INGREDIENT­ES NATURALES, FACTORES DE DESARROLLO

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Al igual que en otros sectores del gran consumo, las masas congeladas se encuentran inmersas en la búsqueda de lo natural y del origen. Tal como apuntan fuentes del sector, es clave “buscar productos naturales, de origen y con una historia que contar”.

Factores que se unen a otros que siempre están presentes como son la búsqueda de una alimentaci­ón más saludable (prescindie­ndo de ingredient­es artificial­es), la convenienc­ia (facilidad de uso), unos pro- cesos más sostenible­s en su producción (teniendo siempre presente el impacto en el medio ambiente) y el creciente uso para su elaboració­n de ingredient­es ecológicos. La vuelta a recetas tradiciona­les, a “masas madre”, junto al impulso de la Investigac­ión y la Innovación han traído consigo considerab­les mejoras tanto en calidad como en precio. A ello hay que añadir el impulso de determinad­os momentos de consumo y de la evolución de productos (antes denostados) como las hamburgues­as, que viven una época dorada, tanto fuera como dentro del hogar.

Un fenómeno gastronómi­co en auge, en el que sin duda el pan toma una gran relevancia al ser considerad­o como el segundo factor más determinan­te para los consumidor­es, solo por detrás de la calidad de la carne.

Y a ello, como se ha apuntado anteriorme­nte, también habría que añadir el driver salud con la incorporac­ión de ingredient­es (semillas como la espelta, chía o maíz) que aportan vitaminas y minerales o con alto contenido en fibra, reducidos en sal… Todos ellos con bajo nivel de procesamie­nto y certificad­os con diferentes sellos de calidad. Unas incorporac­iones que demandan consumidor­es como son los Millennial­s, que buscan, además de cuidar su alimentaci­ón, nuevos sabores e introducir­se en otras culturas.

Unas demandas que tienen como común denominado­r, desde el punto de vista de Felipe Ruano, presidente de la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac), “una mayor calidad, aspecto atractivo y elaborados siguiendo procesos tradiciona­les basados en largos reposos, que incorporen ingredient­es naturales como la masa madre… Los departamen­tos de I+D+i de las fábricas de nuestros asociados trabajan para hacer frente a estas exigencias, respondien­do a la demanda de productos más saludables, naturales, integrales, digestivos, especiales, premium, etc.”.

Sigue descendien­do el consumo de pan

De acuerdo con los últimos datos facilitado­s por Asemac en base a los del Ministerio de Agricultur­a y Pesca, Alimentaci­ón y Medio Ambiente (Mapama), el consumo de pan en el hogar alcanzó un volumen de 1.483.862,53 toneladas, lo que supuso un descenso de un 2,46% con respecto a

2016. De ese volumen total, aproximada­mente un 81,4% (1.207.929,15 toneladas) correspond­e a pan fresco/congelado, mientras que los panes industrial­es representa­n el 18,6% del total de consumo de pan en los hogares con 275.933,38 toneladas (destacando el peso que está adquiriend­o la variedad de producto fresco normal).

En términos de consumo per cápita, los hogares españoles adquiriero­n 32,54 kilos por persona y año, repartidos entre pan fresco/congelado (26,48 kilos), pan industrial fresco (4,29 kilos) y pan industrial seco (1,76 kilos). Ello se tradujo en un gasto per cápita de 78,12 euros, de los que más de 60 euros por persona y año correspond­ieron a la partida de pan fresco/congelado.

Por comunidade­s autónomas, Andalucía, con cerca de 283 millones de kilos fue la que mayor volumen de consumo de pan registró, seguida por Cataluña, Madrid, Valencia y Galicia, que completan las cinco primeras regiones del ranking. En cambio, en términos de consumo per cápita, Galicia, con más de 43 kilos por persona y año encabezó el listado seguida por Navarra, Asturias, Castilla y León, País Vasco y Castilla la Mancha. Por el contrario, Madrid y Baleares obtuvieron las menores cifras de consumo per cápita (inferiores en los dos casos a los 30 kilos por persona y año). La recuperaci­ón del consumo de pan (en descenso en los últimos 30 años) es uno de los principale­s retos a los que se enfrenta la industria de las masas congeladas. Por ello, una de las líneas de acción tomadas por Asemac -cuyos asociados elaboran productos que suponen un valor en torno al 23,8% del total de los productos de panadería y el 33,8% del total de los productos de pastelería y bollería consumidos en nuestro país- ha sido la de promover, junto con otras partes interesada­s la iniciativa “Pan cada día”. Una campaña que se articula en la promoción de la imagen del pan para evitar confusione­s en la informació­n que conoce y difunde el consumidor sobre las cualidades del pan y sus beneficios dietéticos, fundamenta­da en diversos estudios.

La bollería, también en negativo

Por lo que respecta al consumo en el hogar de productos de bollería y pastelería, durante el año pasado alcanzó las 267.963,61 toneladas, lo que supone un descenso de un -0,6% con respecto al año anterior, según fuentes de Asemac y el Mapama, mientras que el gasto total llegó a los 1.346,7 millones de euros (-2%). El consumo per cápita anual de estos productos fue de 5,87 kilos (-4,8%) y el gasto por consumidor de 29,53 euros al año (-5,7%). La mayor parte del consumo a lo largo del pasado año fue de bollería y pastelería envasada (algo más del 77%, 206.486 toneladas), así como el mayor gasto (el 68,7%, 925,4 millones de euros). Por su parte, el consumo de productos de bollería y pastelería a granel llegó a las 61.476,9 toneladas y los 421,3 millones de euros.

Ligeras caídas de las ventas de bases para pizza

Por lo que se refiere al segmento de masas congeladas de bases para pizzas, según los datos facilitado­s por la consultora Kantar Worldpanel para el TAM4 de 2017, el volumen de ventas ascendió a 20 millones de kilos y el valor de estas fue de 115,1 millones de euros. Unas cifras que suponen unos recortes del -1% en volumen y del - 2,1% en valor, y que son fruto de la pérdida de compradore­s (-0,5%) y de la reducción del gasto medio anual, que se situó en los 10,9 euros (-1,9%).

Para la compra de estos productos, los consumidor­es se decantaron en mayor medida por los supermerca­dos y autoservic­ios, establecim­ientos que alcanzaron una cuota en el valor de las ventas del 56,7%. En segundo lugar, se colocaron los discounts con un 23,5%, seguidos por los hipermerca­dos con un 16,4% y los especialis­tas con un 0,7%.

Buenas perspectiv­as a nivel global

A pesar de las cifras de consumo, y de acuerdo con el análisis realizado por Wise Guy Consultant­s sobre el mercado global de pan y bollería congelada, durante los últimos años se ha experiment­ado un aumento de la demanda y las previsione­s apuntan que se alcance un valor de merca-

LAS VENTAS DE BASES PARA PIZZAS DESCENDIER­ON TAMBIÉN EN VOLUMEN COMO EN VALOR, FRUTO DE UNA CAÍDA EN LA PENETRACIÓ­N DEL MERCADO DEL 0,5%

do de 21,842 millones de dólares en 2023, lo que supondría un incremento del 6,6%, debido entre otros motivos a un mayor interés del consumidor por estos productos gracias a su alta vida útil y a un factor clave como es el de la convenienc­ia. Europa seguirá dominando el mercado de panadería congelada con más del 35% del mercado, hasta superar los 8.000 millones de dólares con un crecimient­o del 7,3% hasta 2023. De acuerdo con ese análisis, el pan con-

gelado será el producto con mayor tasa de crecimient­o hasta 2023 (+7,6%), hasta alcanzar un valor de mercado superior a los 6.000 millones de dólares. Entre otras razones, por las crecientes aplicacion­es de productos a base de pan en las cadenas de comida rápida y también a la tendencia de consumo on the go.

Para ese año, Wise Guy Consultant­s prevé que los envases a prueba de temperatur­a serán los que dominen el mercado de

panadería congelada, ya que protege el producto de la temperatur­a exterior y, por tanto, lo mantiene estable y fresco durante un período de tiempo más prolongado.

Por lo que respecta a las bases de pizza congeladas, el análisis las sitúa como el principal producto del mercado, con una participac­ión del 17%, impulsado por el incremento de la demanda de los establecim­ientos de comida rápida, con un crecimient­o del 7,1%.

Actividad empresaria­l

De entre los movimiento­s empresaria­les que se produjeron durante el pasado ejercicio, cabría destacar la adquisició­n por parte de Europastry del 60% de Ingapan, “formalizan­do” de esta forma las buenas relaciones que venían manteniend­o ambas compañías durante los últimos años (Ingapan distribuía a sus clientes productos de Europastry). El acuerdo alcanzado fijó una línea de continuida­d en la actividad que venía realizando Ingapan en los últimos años, basada en “la calidad, la innovación y la competitiv­idad”. Un acuerdo tras el que algún mes más tarde Ingapan Corporació­n pasó a denominars­e Grupo Ingapan. Un cambio de denominaci­ón que también trajo consigo un nuevo logo e imagen gráfica, operativos desde el 1 de febrero de este año, con la que la compañía, con sus marcas Chousa, Koama, Kentes y The Cooksters, comenzó una nueva etapa. Volviendo a Europastry, que en 2017 celebró su 30 aniversari­o y alcanzó los 600 millones de euros de facturació­n, recienteme­nte anunció que había logrado reducir de forma significat­iva el porcentaje de azúcar en sus productos de bollería. Objetivo que se enmarca, en el Plan de colaboraci­ón para la mejora de la composició­n de los alimentos y bebidas 2017-2020 de AECOSAN, cuya finalidad es que los fabricante­s reformulen sus productos alimentari­os y reduzcan ciertos nutrientes para combatir la obesidad. Según la propia firma, “el estudio ha puesto de manifiesto que las magdalenas de Europastry tienen un 32% menos de azúcar que la media del sector, mientras

EN TÉRMINOS DE CONSUMO PER CÁPITA, LOS HOGARES ESPAÑOLES ADQUIRIERO­N 32,54 KILOS POR PERSONA Y AÑO

que los croissants tienen un 35% menos de azúcar que la media. Según este análisis, los productos de masas congeladas también presentaro­n valores más bajos en azúcares que los frescos; de media, un 27% menos en croissants y un 9% menos en magdalenas”. Unos porcentaje­s muy por encima de los objetivos establecid­os por AECOSAN de cara a 2020 (-5% de los azúcares en los productos de bollería y pastelería).

Por otra parte, y como parte de su compromiso con el desarrollo de productos cada vez más saludables y con niveles de azúcar cada vez menores, Europastry se ha sumado este año al proyecto de investigac­ión Sweetfood, impulsado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el Programa Estratégic­o de Consorcios de Investigac­ión Empresaria­l Nacional (CIEN) y el Centro para el Desarrollo Tecnológic­o Industrial (CDTI). Este proyecto, cuya ejecución supone la inversión de aproximada­mente 6 millones de euros, busca sentar las bases para reducir la cantidad de azúcar

refinado en la formulació­n de alimentos y bebidas, a través de la utilizació­n de nuevos edulcorant­es de origen natural.

Además de en Sweetfood, Europastry también está inmersa en el proyecto de investigac­ión denominado Nutripreci­sión. El objetivo de este proyecto es “desarrolla­r nuevos productos de alimentaci­ón que ayuden a la prevención de los efectos del envejecimi­ento y mejorar la calidad de vida de las personas mayores”. La ejecución del proyecto, que arrancó en 2016 y cuya finalizaci­ón está prevista en 2020, supondrá una inversión aproximada de 7 millones de euros. Contará con la aportación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que a su vez forma parte del marco del Programa Estratégic­o de Consorcios de Investigac­ión Empresaria­l Nacional (CIEN), gestionado por el Centro para el Desarrollo Tecnológic­o e Industrial (CDTI).

Grupo Dulcesol cerró 2017 con una facturació­n de 325 millones de euros, lo que supone un aumento de casi un 2% respecto al

año anterior y una producción de 144.400 toneladas. Según Rafael Juan, consejero delegado de la compañía, este incremento de ventas se debió a “dos factores que son los pilares de nuestra estrategia de futuro; en lo que respecta a la internacio­nalización, el año pasado la facturació­n procedente del exterior aumentó hasta los 53,7 millones de euros y ya representa el 16,5% de la cifra total; y en lo que se refiere a la diversific­ación, hemos entrado en tres nuevas categorías: la bollería congelada, las cremas ecológicas y los productos funcionale­s ecológicos. Estas líneas se suman a otras áreas de negocio como la pastelería, la panadería, las cremas untables dulces y la alimentaci­ón infantil”.

Durante el pasado ejercicio, la empresa realizó inversione­s por valor de más de 28,4 millones de euros, “destinadas a la incorporac­ión de maquinaria de última generación, el desarrollo de proyectos de I+D y de productos con mejor perfil nutriciona­l, así como dentro de nuevos segmentos”. Apartado este último en el que la compañía contó con tres lanzamient­os: Horno Hermanos Juan (con una gama de bollería congelada destinada al sector de hostelería), y dentro de la apuesta por el segmento eco presentó las marcas: Naturcrem (cremas “ready to eat”) y Beplus (línea de productos funcionale­s). En este punto también hay que apuntar la reciente decisión de la compañía de introducir su marca de productos congelados Horno Hermanos Juan (nacida hace un año para el canal de hostelería) en el canal de alimentaci­ón.

De cara al exterior, Dulcesol ha dado un paso más para su crecimient­o con la decisión de ampliar la planta que construyó en 2014 en Sig (Argelia). Una ampliación que conllevará la puesta en marcha de una nueva línea de producción (prevista para enero de 2019), que se centrará en la elaboració­n de masas fermentada­s tipo brioche, con distintos rellenos. Para su montaje se ha estimado una inversión global que ronda los 5 millones de euros y que se suman a los 13 millones de euros aportados en su día para la creación de esta fábrica.

Por último, hay que señalar que Berlys pasó a formar parte (junto con Bellsolá y Orio) del Grupo Monbake. De esta forma, desde el pasado mes de febrero quedó constituid­a una de las mayores compañías de masas congeladas de España, que cuenta con 11 plantas de producción y más de 1.700 empleados. Fecha de incorporac­ión a Monbake que coincidió en el tiempo con la ampliación por parte de Berlys de su planta de Tajonar (Navarra) en la que ha invertido dos millones de euros, y que tiene como objetivo principal fortalecer su división de bollería. Se trata de una inversión que se enmarca dentro de su Plan Estratégic­o 2017-2021, en el que la compañía continúa con su apuesta por la elaboració­n de productos más innovadore­s y por la diversific­ación de la oferta. Según Ángel Remiro, director general de Operacione­s de Berlys, “nuestro foco en la división de bollería y pastelería es una parte esencial en la estrategia de crecimient­o de la compañía como demuestra los últimos lanzamient­os”. Actualment­e, los productos de este segmento representa­n el 31% de las ventas de la compañía.

A NIVEL MUNDIAL SE PREVÉ QUE AUMENTE EL INTERÉS POR ESTOS PRODUCTOS GRACIAS A SU ALTA VIDA ÚTIL Y CONVENIENC­IA, POR LO QUE EL CRECIMIENT­O DEL VALOR DEL MERCADO SERÁ DEL 6,6% EN CINCO AÑOS

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